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domingo,
29 de
enero de
2006 |
Los pasajeros quedan librados a la solvencia económica de las concesionarias
El 95% de los siniestros del transporte urbano no tiene cobertura de seguro
Las compañías sólo participan a partir de los
40 mil pesos. La mayoría son acuerdos extrajudiciales
Pablo R. Procopio / La Capital
Las empresas concesionarias del transporte urbano de pasajeros (TUP) de Rosario tienen que hacerse cargo del 95 por ciento de los resarcimientos por accidentes. Sólo el 5 restante es cubierto por las compañías aseguradoras. Esta situación generó que las firmas adjudicatarias del sistema de colectivos hayan tenido que crear sus propias áreas de siniestros. Los seguros del transporte público sólo funcionan cuando se deben aportar sumas superiores a los 40 mil pesos, algo muy poco común respecto de los accidentes que se producen en las calles de Rosario. Por eso, en los sucesos que involucran a las unidades del TUP, las víctimas quedan a merced de la solvencia de las empresas y de una negociación que es casi siempre extrajudicial.
El caso que protagonizó Teresa Ramallo, una anciana de 84 años que cayó de un ómnibus de la línea 127 cuando el chofer -según su denuncia- arrancó antes de que finalizara de descender del coche, llevó a preguntar cómo actúan realmente las aseguradoras y las concesionarias. Es que la hija de la mujer, Alicia Ciavarro, no consiguió que "nadie" se ocupara convenientemente de lo sucedido, un accidente que dejó a su madre "absolutamente desmejorada" con lesiones en la cabeza, una pierna y la cadera. Tanto la empresa de ómnibus local (25 de Mayo, en convocatoria de acreedores) y su seguro (Trainmet SA) no respondieron. La familia de la víctima solicitó una reparación de 50 mil pesos; le ofrecieron 5 mil pero hasta el momento no fueron abonados. El accidente ocurrió el 27 de abril de 2005.
Así y todo, se registra una creciente reducción de los índices de siniestralidad. Por ejemplo, según estadísticas conjuntas de las empresas Transportes Baigorria y Rosario Bus, cuyo propietario es Agustín Bermúdez, la tasa descendió un 12 por ciento en los dos últimos años (2004 y 2005). Además, según Graciela Mangusi, asesora letrada de estas firmas, se registra un menor riesgo de accidentes en función de dos factores: la capacitación cada vez más frecuente que reciben los conductores y la renovación de las unidades.
Resolución nacional
Una resolución de la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) fechada en 1997 obliga a las aseguradoras del transporte a responder sólo cuando los resarcimientos que tienen que pagar superan los 40 mil pesos. Aun así, no abonan la totalidad, sino únicamente las sumas mayores a esa cantidad.
Se trata de una franquicia a cargo del asegurado en la que, en ocasiones, habría que sumar los intereses y las costas judiciales, también a cargo de quienes contratan la póliza, en el caso de que se llegue a juicio.
Por eso, las prestatarias de los servicios urbanos intentan arreglar los siniestros extrajudicialmente. Ante un problema, la primera actitud que toman es proveer a los damnificados de atención médica y medicamentos, por lo que se los deriva a algún centro asistencial.
Si al accidentado le queda una incapacidad, deberá ser determinada en base a un examen clínico realizado por el médico de la propia empresa con la asistencia de un profesional enviado por la parte interesada. Se hace una junta médica y, en base a su dictamen, se formula un ofrecimiento de pago. Puede ocurrir que no sea aceptado, por lo que sobrevendrá una demanda.
De todos modos, las firmas del transporte que generalmente pagan los siniestros tratan de acordar antes de que llegue la sentencia. Así, evitan el curso de los intereses ya que se calculan desde la fecha del hecho. Pero a veces, a la parte actora le conviene dilatar el juicio para acumularlos.
Algunos no pagan ni un peso
Más allá de esto, no es un dato menor tener en consideración con qué línea se produjo el siniestro. Según los datos a los que accedió La Capital, en Rosario hay dos prestatarias a las que resulta casi imposible cobrarles debido a su crítica situación financiera.
Además, muchas víctimas en no menos difíciles circunstancias económicas, buscan cualquier recurso para sacar provecho de los siniestros aparentemente alentadas por sus abogados. Igualmente, no es fácil conformar a la gente porque es sabido que el bienestar, la salud, y obviamente la vida no tienen precio. Por eso, es una verdadera complicación medir un infortunio en términos económicos.
En el caso de la empresa 25 de Mayo, la convocatoria de acreedores que atraviesa agrava aún más las cosas. Los reclamos deberían ingresar en ese proceso. Si no son cubiertos extrajudicialmente, se tendrá que verificar el crédito en el concurso de la empresa. "Este es el problema habitual de las concesionarias que no cuentan con espalda suficiente, mucho más si están concursadas, ya que cualquier pago debe ser autorizado por el síndico, salvo que haya elaborado un fondo especial para abonar estas cuestiones", explica Mariano Antenore, especialista en transporte y asesor de la Asociación Civil La Comuna.
Resabios de los 90
Las franquicias obedecen a la resolución de la Superintendencia producto de que, en la más cercana época de crisis hiperinflacionaria en el país (fines de los 90), ninguna compañía quería hacerse cargo de asegurar el transporte. Belgrano, la última aseguradora importante que abarcaba la mayor parte del mercado, cayó estrepitosamente y dejó un tendal, al punto de que durante el gobierno de Carlos Menem hubo que redactar un decreto de necesidad y urgencia en el que se establecían hasta 60 cuotas para pagar los resarcimientos.
Por aquellos tiempos, fueron desapareciendo las más tradicionales referentes del sector: además de Belgrano, La Unica, Ruta, LUA o La Equitativa del Plata.
Fue entonces que la SSN determinó la utilización de la franquicia obligatoria a cargo del transportista por 40 mil pesos. Eso permitió a las compañías poder hacer frente a la siniestralidad.
Por otro lado, se facilitó a nivel nacional la creación de mutuales con un régimen especial para la constitución de reservas y capitales, exclusivas o "monorrámicas" en la prestación de servicios sólo para el transporte público. Se formaron cinco sociedades de este tipo, mientras que permanecieron otras dos firmas (que no son mutuales y aseguran otros rubros): Trainmet y La Economía Comercial. Así, en total, en el país, y con carácter nacional, funcionan siete compañías aseguradoras, tres de las cuales operan en Rosario (ver infografías).
Según un analista de la SSN, el actual sistema "es mejor que el anterior" porque evita desórdenes financieros extremos en las empresas que, entonces, pueden pagar.
En realidad, lo hacen básicamente con los siniestros que tienen como protagonistas a ómnibus de larga distancia en los que las características suelen ser más espectaculares que en los coches urbanos.
En efecto, en el transporte urbano hay tres casos puntuales en cuanto a la participación de las aseguradoras. Su cobertura, siempre que se trate de montos mayores a 40 mil pesos, recién aparecerá para las situaciones de muerte, lesiones graves y cuando haya varias víctimas en un mismo hecho. "Estas tres cuestiones son infrecuentes y no suelen llegar el 5 por ciento de la totalidad de los siniestros", estimó Mangusi.
En eso coincidió el director de Transporte de la Municipalidad, Ignacio Iñíguez, quien añadió que "cada prestataria del servicio urbano responde frecuentemente por sí misma". Esta repartición municipal es la encargada de controlar mensualmente que las empresas cuenten con el seguro al día. En realidad, una doble cobertura: por unidad y por pasajero transportado que las compañías ofrecen en un mismo paquete pero que funciona por separado.
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Uno de cada tres colectivos tiene un siniestro por mes.
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