Sin lugar para descuidos

Los canallas son conscientes de que deben atender el Clausura y la Copa

La experiencia le juega a favor. Central ya sabe que no puede descuidarse en el torneo Clausura. Más allá de que la Copa Libertadores es un blanco seductor para concentrar la artillería, los canallas ya sufrieron en carne propia el hecho de haber optado por sus ambiciones internacionales. Esa moraleja merece respuesta y atención doméstica. De lo contrario, las consecuencias se volverán a pagar en la ventanilla de los promedios.

El cuerpo técnico canalla debe pilotear un mar de compromisos que impone agudizar el ingenio y optimizar los recursos para conseguir los resultados deseados en ambos frentes.

En estos senderos paralelos, con exigencias a diferentes ritmos, cada paso supone un análisis puntilloso del próximo y cada decisión debe ser abordada desde el sereno costado de los recaudos.

A Central no le sobra plantel y ese es un condicionamiento de peso. Sin embargo, la astucia de un viejo zorro al frente del grupo le suma hándicap al crédito canalla.

Luego de una apretada pretemporada que incluyó diez días de trabajos físicos en La Cumbre y una etapa de preparación futbolística que sólo mostró a Instituto y Unión como tibios evaluadores externos de la realidad auriazul, Central llega al comienzo del torneo con sus ilusiones en juego, con sólo dos refuerzos entre los titulares (Eduardo Coudet y Juan Eluchans) y con la aparentemente renovada puesta en escena de Andrés Díaz y Pablo Vitti.

El modelo auriazul 2006 se presenta como un mix generacional con el perfil que le brinda su artesano conductor, quien no tuvo contemplaciones al momento de dibujar un esquema más equilibrado y conservador, que deposita al juvenil Emiliano Vecchio en el sector de las alternativas y que eleva al experimentado Coudet al podio de principal titiritero. De todos modos, la única verdad comienza a rodar esta tarde en Bahía Blanca.