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domingo,
22 de
enero de
2006 |
Editorial:
Atender a los ciclistas
La trágica muerte de un ciclista que fue embestido por un vehículo mientras entrenaba con vistas a un campeonato nacional de esa actividad, en el que ya se había consagrado campeón argentino en el pasado, puso en blanco sobre negro una situación que afecta a muchos deportistas del pedal y ciertamente requiere de atención por parte de las autoridades municipales.
Tal como expresaron muchos colegas del deportista malogrado al hablar de las circunstancias de su deceso, los especialistas en ciclismo en ruta se enfrentan a la necesidad de tener que salir a prepararse en carreteras o autopistas de los alrededores porque carecen en la ciudad de un espacio adecuado para hacerlo. Y lo paradójico es que, además de arriesgar sus vidas en cada entrenamiento, los ciclistas saben que al hacerlo están violando una norma que prohíbe circular en bicicleta por esos trazados.
Si bien existe en Rosario una suerte de velódromo municipal ubicado en el Parque Regional Sur, los ciclistas coinciden en señalar que se trata de un lugar inseguro en el que ya han sido víctimas de delincuentes tentados por el valor de sus bicicletas y su ropa, y en el que además no pueden prepararse convenientemente por cuestiones específicas de la actividad.
Los mismos voceros recordaron incluso que hasta no hace mucho tiempo podían girar alrededor de la pista atlética del Estadio Municipal, posibilidad que ahora tienen vedada porque ese escenario se utiliza exclusivamente para distintas disciplinas del atletismo. Los ciclistas se sienten expulsados de ese sitio y sostienen que así no les queda más remedio que exponerse al riesgo de salir a la ruta, donde entre otros múltiples peligros se codean a cada instante con la posibilidad de un accidente como el que esta semana le costó la vida a un compañero.
Algunos se animaron a proponer que se repare y adecue el circuito ubicado en el parque Alem, al lado del arroyo Ludueña y frente a uno de los shoppings, porque creen que con una inversión menor el sitio estaría en condiciones de permitirles desarrollar su actividad sin la necesidad de salir de la ciudad. Parece una sugerencia atinada, que las autoridades del municipio tendrían que ponerse a analizar sin demoras. Así demostrarían interés por proteger la vida de los ciudadanos y por impulsar una actividad deportiva que, aun cuando no es masiva, tiene muchos y apasionados adeptos.
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