La ballena que se había internado en el Támesis murió durante el rescate

La ballena que se extravió y penetró en el río Támesis murió ayer mientras una cuadrilla de rescate intentaba devolverla al mar, según indicó la Real Sociedad Británica para la Prevención de la Crueldad con los Animales.

El cetáceo sufrió una serie de convulsiones a las 19 (hora local) mientras luchaba con los efectos de la exposición a la superficie cuando era conducida en una barca hacia el estuario del Támesis, dijeron funcionarios.

Envuelta en mantas, el animal (que fue observado por miles de londinenses durante dos días que se pasó nadando por el río) había manifestado señales crecientes de estrés y rigidez muscular, indicios de que estaba pasando por serias dificultades.

"Nos enteramos por el veterinario a bordo de la barca que la ballena sufrió una serie de convulsiones a eso de las 19 y murió", anunció Katy Geary, vocera de la sociedad.

La ballena, la primera que se vio en el río desde 1913, estaba en el agua cerca del puente Albert de Londres. El viernes pasado había nadado por las aguas turbias del Támesis que la llevaron hasta cerca del reloj Big Ben y del parlamento, ante la mirada de cientos de curiosos.

El animal había sido trasladado desde la margen del río Támesis a la altura del Battersea Bridge, pero era difícil su supervivencia, porque a su estrés y desorientación se sumaron las heridas que recibió tras colisionar contra embarcaciones ancladas en el río.

La ballena fue avistada por primera vez el viernes a las 8 hora local a la altura del Palacio de Westminster, en pleno centro de Londres, y rápidamente se convirtió en el centro de atención de turistas y paseantes que transitaban por la zona.

Miles de personas se congregaron frente a las aguas del río, para ver a los socorristas en sus tareas de rescate.

Ayer se encontró en las costas de Putney (oeste de Londres) el cadáver de otro cetáceo de menor peso y longitud, aunque se estima que podría tratarse de un delfín.


Cansancio extremo
La ballena del Támesis padecía los efectos de estar en aguas poco profundas. Expertos en vida marina dijeron que debía llegar a aguas profundas para tener alguna posibilidad de supervivencia.

Anteayer por la mañana, un equipo integrado por veterinarios y expertos en rescate marino sujetó la ballena de tres toneladas de peso a pontones flotantes. Posteriormente, llegó al lugar una embarcación de rescate, la Crossness. Los rescatistas ataron al animal con arneses tejidos para no lastimarlo y lo subieron a bordo con una grúa. La barcaza se dirigió hacia el este, con dirección al mar del Norte.

La ballena, un macho adolescente de unos seis metros de largo, generalmente nada en las profundidades del Atlántico norte. Puede llegar a tener unos ocho metros de largo. (DPA)

El cetáceo en el momento de ser izado a una barcaza.