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domingo,
22 de
enero de
2006 |
El Club Español busca devolverle a
su palacio el esplendor
El imponente lucernario, que había sido impermeabilizado con membrana asfáltica, será restaurado a nuevo
Marcelo Castaños / La Capital
La gente del Club Español está exultante. Y no es para menos. Después de firmar contrato con la constructora rosarina C&K, la institución puso en marcha su plan de restauración integral del edificio de Rioja 1052, declarado Monumento Histórico Nacional en 2004. Un proceso que llevará su tiempo, pero que apunta a devolverle al inmueble, que en julio próximo cumplirá 90 años, su antiguo esplendor.
Con un presupuesto inicial de 90 mil pesos, ya comenzó la primera etapa de la obra, que consiste en la reparación integral de los techos y puesta a punto tanto de las aberturas exteriores como del salón de danza, deteriorados por la falta de mantenimiento que el edificio sufrió durante décadas. "Sabemos que el arreglo de los techos es lo que menos se ve, pero también que resulta fundamental para la conservación", aclararon a La Capital el presidente de la institución, Antonio Ortega López, y Nora Séculi, presidenta de la Comisión de Damas.
Pero el objetivo más ambicioso para este año -y eso sí que se va a ver- está centrado en la restauración del fastuoso lucernario que corona el hall central del inmueble: un vitraux de 14 por 16 metros, considerado, al decir de los directivos de la entidad, "el más importante de Sudamérica".
La estructura, de forma piramidal, está adornada con figuras policromáticas y se corona en el centro con el escudo de España. Con un presupuesto que rondaría los 200 mil pesos, será desarmada, limpiada pieza por pieza y vuelta a armar con plomo nuevo. Tanto la reparación inicial de los techos como la restauración del lucernario fueron encomendados al arquitecto Guillermo Bass.
Tapado con brea
El lucernario no la pasó bien la segunda mitad del siglo. Tras sufrir el lógico deterioro de los años, que generó filtraciones, no hubo mejor idea que impermeabilizarlo con una membrana pegada con brea. Ortega calcula que esta solución fue tomada en la década del 50. Luego, con otro tino, se quitó la membrana, se limpió el vitraux lo máximo que se pudo y se lo protegió con otra estructura, montada por afuera, de hierro y poliuretano. Eso fue en 2000, con una inversión que rondó los 36 mil dólares. Pero el vitraux quedó pegoteado de brea y completamente deslucido.
Los directivos del club aseguran que el inicio de esta obra es "inminente". El lunes comenzarán a retirar los vitraux laterales para poder terminar con el arreglo del techo. Y "en poco tiempo más" iniciará la reparación del imponente lucernario, al que una vez restaurado y puesto a nuevo, se le instalará por fuera un sistema de iluminación que lo haga lucirse de noche.
"Calculamos que la obra durará unos seis meses. Nos gustaría que estuviera terminada para el 9 de julio y pudiéramos disfrutarla en el cumpleaños 90 de la institución", se esperanzó Ortega, consciente de que los tiempos estarán muy ajustados.
La restauración, que se realiza bajo la dirección de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, está financiada por el Ministerio de Planificación Federal de la Nación y supervisada por la Dirección Nacional de Arquitectura, distrito Litoral. Es que el edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional el 19 de mayo de 2004, pero en rigor hace casi medio siglo que no recibía mantenimiento, salvo un retoque en la fachada en 1992 y la protección del vitraux en 2000.
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Fotos
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El vitraux, de 16 por 14 metros, será limpiado pieza por pieza.
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