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sábado,
21 de
enero de
2006 |
El médico Bergés había falsificado el acta de nacimiento
Otra hija de desaparecidos
logró recuperar su identidad
Un fallo judicial ordenó
que Carmen Gallo Sanz
sea el nombre con el
que se inscriba a la joven
Carmen Gallo Sanz será el nombre con el que se inscribirá legalmente una joven cuyos padres fueron víctimas de la última dictadura militar y se encuentran desaparecidos. Un fallo judicial ordenó al Registro de las Personas de la Provincia de Buenos Aires que la joven sea inscripta con el apellido de sus padres biológicos y el nombre que le dio su madre al nacer.
La joven nació el 27 de diciembre de 1977, mientras su madre Aída Sanz Fernández se encontraba detenida en el centro clandestino conocido como el Pozo de Banfield.
El médico policial Jorge Antonio Bergés fue quien asistió al parto de Aída y falsificó el certificado de nacimiento indispensable para la sustitución de su identidad.
Después de seis años de peticiones, un tribunal oral presidido por Carlos Rozanski, ordenó al Registro de las Personas de la provincia de Buenos Aires que la joven sea inscripta con el apellido de sus padres biológicos y el nombre que su madre le dio al nacer: Carmen Gallo Sanz.
La joven, con el patrocinio de María Ester Alonso Morales de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, consiguió de esta forma, que el derecho a su identidad fuera contemplado y reconocido, tal como lo es en numerosas convenciones de derechos humanos y en recientes fallos y resoluciones de la Justicia argentina.
Por la sustitución de la identidad de la joven, los represores Miguel Etchecolatz y Bergés fueron condenados por el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata a siete años de prisión en el juicio que transcurrió durante marzo de 2004.
Pese a esta sentencia por la sustitución de identidad y falsificación de documentos públicos, Carmen Gallo Sanz no logró la restitución de su identidad y continuaba su vida con su documentación falseada.
Es por ello que fue necesario que Carmen personalmente durante todo el 2005 intensificara sus reclamos para ser inscripta como hija biológica de Aída Sanz Fernández y Eduardo Gallo Castro, ambos uruguayos desaparecidos, sentencia que finalmente logró.
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