Año CXXXVII Nº 48998
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales



suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 08/01
Mujer 08/01
Economía 08/01
Señales 08/01
Educación 30/12
Estilo 17/12

contacto
servicios
Institucional

 domingo, 15 de enero de 2006  
La canción sigue siendo la misma
Datos de una trayectoria que se remonta a los años 40 y atraviesa los géneros artísticos y las fronteras

Los chicos de la Escuela Nº 806 del barrio Itaembé Miní no dejan de observarlo, de escucharlo y de pedirle canciones. Es el homenaje a Ramón Ayala que organiza el maestro Daniel Fiorino con todos los chicos de las escuelas primarias de Posadas. Y no falta nadie.

Hay tres adolescentes que trepan el paredón de la Costanera y se sorprenden al verlo "al Ramón" posando para una sesión de fotos. "Este tipo es un pedazo nuestro. Hay que cuidarlo, hay que defender lo que hace", dicen. Prejuicio al fin, los pibes, de bermudas, gorra al revés y ojotas distan de parecerse a los que uno supondría como admiradores o conocedores de la obra de don Ramón Ayala. Es que caminando la ciudad y la provincia uno llega a darse cuenta de que su obra trascendió.

Quizás "El Mensú", "El Cosechero", "Posadeña Linda" -convertida hoy por ordenanza municipal en la canción oficial de la capital misionera-, "Retrato de un pescador", o el "Poema XX" de Pablo Neruda -con música suya-, sean los más emblemáticos de los casi 300 temas compuestos por este posadeño nacido en el barrio de Villa Urquiza un 10 de marzo rondando la década del 30. ¿Su edad? Un misterio que el mismo Ramón se encarga de alimentar. "Tengo sin cuenta años...", dice cómplice el viejo creador.

Ramón Ayala reside, paradójicamente, desde hace muchos años en Buenos Aires. Pero sus permanentes viajes lo convierten en ciudadano del país. A Posadas siempre vuelve, para recibir algún homenaje o para visitar a amigos y compinches.

La historia de Ramón comienza desde muy chico. Cuando en la Argentina maduraba un gran sentimiento folclórico, Ramón Ayala se sumaba a esa corriente en el grupo del bandoneonista correntino Damacio Esquivel, con quien compartió varias temporadas durante la década del 40. Después, la destacada cantante catamarqueña Margarita Palacios lo unió a su grupo. Entonces, a la música litoraleña Ramón le sumó más variantes del folclore argentino, sobre todo con ritmos del noroeste.

En 1962, invitado por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, Ramón Ayala viajó hacia el país caribeño. Su curiosidad y sus ansias de seguir descubriendo la música y la pintura lo llevaron en 1967 a realizar una gira por España, Francia, Italia, Suecia, Rumania y los más desconocidos Kenia, Tanzania y Uganda. También recorrió el Líbano, Chipre, Irak e Irán, siempre con su música y su pintura como estandartes.

Desde 1967 Ramón Ayala viene realizando exposiciones de pintura por todo el mundo, destacándose muestras en Barcelona, Kampala, Londres, Roma, Alicante, Sevilla, Karlhsrue (Alemania). En 1976, Rosario tuvo oportunidad de ver la obra del gran artista misionero cuando expuso sus cuadros en la galería Krass Artes Plásticas. Ayala recibió más de una veintena de distinciones, entre las que se destacan el premio Unesco para el Desarrollo de la Cultura (1990), el premio "El Mejor entre los mejores" otorgado por Sadaic (1993), premio "Maestro del alma" otorgado por el Teatro Municipal General San Martín (1994) y el premio Música Popular Argentina, otorgado por la Biblioteca Nacional (1997).
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Homenaje. En Posadas, con alumnos de las escuelas locales.

Notas Relacionadas
El arte de atrapar la vida con palabras


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados