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domingo,
15 de
enero de
2006 |
Entrevista. El intendente de Córdoba defiende el disenso con el gobierno
Juez: "El peronista se toma el
poder como una gaseosa helada"
El líder del Partido Nuevo chicaneó a Agustín Rossi y fue crítico con el socialista Rubén Giustiniani
Javier Felcaro / La Capital
Con espontaneidad típicamente mediterránea, Luis Juez argumenta, breve y contundente, porqué resulta imperiosa la construcción de un sólido proyecto político alternativo: "El peronista se toma el poder como una gaseosa helada. Hasta que no la termina, no la larga".
Interrumpiendo sus vacaciones en Villa Gesell para conversar con La Capital, el intendente de Córdoba ratifica la posición asumida por los diputados nacionales del Frente Nuevo respecto de la reforma del Consejo de la Magistratura, reivindica al suspendido jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, y -sorpresivamente- mete la cuchara en la interna socialista.
-¿El gobierno logró cambiar la posición de los diputados de su partido?
-Somos muy claros: cuando nos pidieron acompañar la sanción de la reforma entendimos que era absolutamente inviable porque no había voluntad de introducir ninguna modificación ni de discutirla. Hablamos de cambiar el Consejo de la Magistratura y, hasta ahora, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Enrique Petracchi, no opinó sobre algo tan urticante. Nos dijeron que había que despachar el proyecto, pero no nos prestamos a ello. El 5 de enero me reuní con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y le comenté que necesitábamos más información. Por eso el miércoles próximo habrá un encuentro con la senadora nacional Cristina Fernández de Kirchner y nuestros diputados, y tal vez luego con Petracchi. Después evaluaremos.
-Entonces, hoy por hoy, al proyecto no lo votan...
-Tal como está la iniciativa, sin chances de incorporar modificaciones ni de escuchar a los demás, reivindicamos el disenso. Pero aclaro algo: es una enorme torpeza institucional que se reúnan Ricardo López Murphy, Mauricio Macri, Luis Patti y Elisa Carrió, erigiéndose como próceres de la Patria, mientras que nosotros le vamos a pedir explicaciones a Fernández y todo el mundo sospecha de algo porque una vez Eduardo Lorenzo Borocotó entró a la Casa Rosada pensando una cosa y salió haciendo otra. Nuestra catadura moral es distinta. Compartimos la vereda del gobierno, pero no adoptamos una actitud genuflexa y aprobamos cualquier cosa porque sí. Existe un compromiso claramente distinto al asumido por (el gobernador de Córdoba) José Manuel de la Sota.
-¿El "kirchnerismo bobo" que usted le adjudica a De la Sota se extendió a otros sectores del PJ?
-Están lejos de hacerle un favor al presidente aquellos que creen que no discutirle nada es ser coherente con su proyecto. Es una locura. Reivindico el disenso porque la mejor posibilidad siempre surge tras un gran debate. Hay personas muy capaces en todos los lugares, como (el diputado nacional) Hermes Binner. Me lo aseguró Fernández: les preocupa lo que digan Binner o Juez, a los que respetan, y los obliga a tener un diálogo distinto. Para un proyecto que pretende instalarse en el tiempo no es bueno el hegemonismo a ultranza.
-Binner tildó de propuesta de centroderecha a la movida de López Murphy.
-Sí, pero debemos tener en cuenta cómo terminan coincidiendo tipos que, hasta ahora, no aportaron una sola propuesta. ¿Cuál es la diferencia entre López Murphy, Macri, Carrió y nosotros? Nunca hablamos de números, aunque sí pedimos información. Respeto mucho a (el jefe del bloque kirchnerista) Agustín Rossi, pero él no puede creer que en Córdoba hay cinco diputados del Frente Nuevo a los que contará como tropa propia. Estudiaremos el proyecto y, cuando tengamos un opinión, la daremos. A los otros no se les cayó una idea. Los une el espanto, se sacan una foto y son la alternativa de gobierno. En cambio, uno sabe dónde está parado Binner. Sólo un necio puede pensar que comparte el mismo espacio con Macri o López Murphy.
-Muchos reflotaron el fallido proyecto transversal cuando usted y el ex intendente respaldaron a Aníbal Ibarra.
-Fuimos muy claros con Ibarra, Binner y (el intendente rosarino) Miguel Lifschitz: si construimos un proyecto político que tenga plazos electorales, estamos muertos.
-Mientras, el presidente sumó a sectores peronistas tradicionales.
-También lo advertí. Dije: "Ojo, porque cuando Kirchner necesite una construcción rápida en Córdoba va arreglar con De la Sota". Los peronistas son irremediablemente incorregibles. Si queremos consolidar un proyecto que nació mal parido, no por nosotros sino por cómo lo bautizaron los medios de comunicación, entonces no soy un opositor al gobierno, porque hay cosas que hace que las saludo, aunque reivindico mi derecho al disenso. No se construye desde la subordinación y el valor. Lo quisimos armar con otros partidos como el socialista, pero algunos siguen teniendo una mentalidad chiquita, ideas ortodoxas, y no es Binner precisamente.
-¿Habla del senador nacional Rubén Giustiniani?
-Sí, Giustiniani. No quiero entrar en la interna del socialismo, demasiado quilombo tengo con lo mío, pero no señalarlo sería un acto de hipocresía. De haberse alentado la construcción de un esquema que permitiese armar una malla de contención para muchos sectores, estaríamos trabajando en sintonía por una alternativa para el 2007, que cada vez se presenta más complicada porque el PJ se consolida fuertemente. Rossi dice que se equivocan aquellos amigos del presidente que creen que el mejor postulante a gobernador de Santa Fe puede ser (el senador nacional) Carlos Reutemann. ¡Guarda Rossi!, porque el candidato será el Lole.
-¿Su opinión sobre Néstor Kirchner es la misma que en el 2003?
-Sí, pero algunos operadores se equivocan al creer que las personas, cuando votan, dan un cheque en blanco. No soy un filósofo de la política, pero el peronista se toma el poder como una gaseosa helada. Hasta que no la termina, no la larga.
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"Capaz que con Binner tengamos un código distinto al de la mafia de la vieja política".
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