Boca sigue con su festejo

El equipo de Basile se quedó con el primer superclásico del año en Mar del Plata

Sólo hubo cambio de año. Para Boca nada se modificó; para River tampoco. Ganó claramente el primer superclásico del año 3 a 2, siguió con sus festejos y hundió aún más la autoestima millonaria.

El primer tiempo tuvo dominio alternado y juego emotivo potenciado por las condiciones climáticas. La lluvia le agregó cierto dramatismo al superclásico y la chance de pegarle desde afuera para poner en aprietos a los arqueros y sus escurridizos guantes. Por esa vía vino el gol de Boca.

Está claro que los termómetros del juego fueron Insúa y Gallardo. Cada uno de ellos le impuso mayor caudal de juego a su equipo cada vez que tocó la pelota. La primera mitad quedó marcada por esas dos tendencias, por cierto previsibles desde nucho tiempo antes de comenzar el partido.

No obstante, en el comienzo Boca tuvo menos la pelota, pero fue más incisivo que el River del debutante Passarella. Los millonarios se acomodaron después de los 15', tuvieron su cuarto de hora y después el desarrollo ingresó en una meseta que parecía llevarlo inexorablemente al 0 a 0 parcial.

Pero un despeje pifiado de Talamonti le permitió a Krupoviesa meter un zurdazo violentísimo desde afuera del área que le abrió la llave al primer gol del partido.

Lux no pudo retener y Palacio le ganó de anticipo a Leo Fernández para meterla de cabeza a tres minutos del epílogo.

Justicia o no, Boca hizo uso de su chance y se fue al descanso con el resultado a su favor.

En el complemento parecía que Boca lo definía temprano tras una jugada maradoniana de Ibarra que le obsequió el segundo a Palacio a los 4', pero un rechazo fallido de Díaz, tras un centro de Patiño, le permitió a Montenegro descontar a los 13' de media vuelta. Allí empezó otro partido.

Al Cata le llevó un cuarto de hora subsanar su involuntario error. Es que a los 28' metió un derechazo impresionante que perforó a la defensa y a Lux para estampar el 3 a 1 para el campeón del Apertura.

A River ya no le quedaba demasiado tiempo y menos aún, resto anímico para torcer el rumbo de un partido que ya había elegido dueño. Apenas si tuvo el consuelo de maquillar el resultado ya pasados los 90 minutos por intermedio de Coty Fernández.

Boca manejó los tiempos y la desesperación de su rival para llevarse el primer festejo del año y profundizar la incertidumbre y los problemas de alcoba con los que River inició el año.

Krupoviesa no puede evitar el remate de Gallardo.