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domingo,
15 de
enero de
2006 |
En Foco. Un gesto de reconciliación
Eligió un discurso duro en la Cumbre de las Américas contra el Tratado de Libre Comercio para las Américas (Alca) pero esta semana se sentó a charlar con el embajador estadounidense para la región, Thomas Shannon, sobre cuestiones vinculadas con "el diálogo bilateral y los temas regionales", aseguraron los voceros oficiales. Así, el presidente Néstor Kirchner volvió a mostrar una señal de acercamiento al gobierno de George Bush a pesar de que trató de bajarle el tono, no hacer declaraciones y limitarse a lo protocolar, aunque de hecho, la propia entrevista entre ambos fue fuera de agenda ya que no estaba prevista de antemano.
Después del ventarrón que trajo el desplante de los grandes de América latina a Estados Unidos -excepto México- con el tema Alca en Mar del Plata, el gigante del Norte decidió transitar un lento camino diplomático, de acuerdos puntuales y seduciendo a diestra y siniestra con las tan ansiadas inversiones, que por caso, Argentina está necesitando como sediento al agua.
Arrancó con negociaciones con Uruguay -que están avanzadas pero el país oriental desmiente para evitar choques en el Mercosur-, las mantiene desde siempre con Chile y Brasil -aunque el gigante latinoamericano ya decidió negociar en bloque el ingreso al Alca- y ahora viene por Argentina.
Shannon mantuvo dos reuniones clave con el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido y con su par de Economía, Felisa Miceli. A ambos les endulzó el oído elogiando la marcha de la economía y les prometió atraer a los inversores estadounidenses hacia estas tierras, fundamentalmente en sectores estratégicos como energía e infraestructura.
Por eso, el encuentro fue en los mejores términos. "La relación es excelente", dijo Shannon y anotó un poroto para su gobierno, que busca el consenso a través de acuerdos país a país. Por eso quizás, estuvo ausente en sus declaraciones cualquier referencia a la relación de Argentina con el gobierno de Venezuela que comanda Hugo Chávez y que tanto preocupa a Estados Unidos.
Todo lo contrario de lo que ayer quedó plasmado en esta especie de puesta en escena donde un viaje de apuros terminó poblada de encuentros con lo más alto del gobierno argentino.
Sin prisa pero sin pausa, Estados Unidos comenzó con una etapa de "seducción" hacia el país y Argentina dejó hacerlo.
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