Un niño de seis años murió al explotar una bomba de estruendo

El artefacto estalló a pocos metros del menor, lo que habría disparado un proyectil sobre la cabeza del chico

Luis Emilio Blanco / La Capital

Santa Fe.- Un niño de seis años falleció durante la tarde del lunes después de permanecer internado más de un día en terapia intensiva a raíz de una herida que le habría provocado un proyectil impulsado por la explosión de una bomba de estruendo. El confuso episodio se produjo en El Trébol, veinte minutos después de la medianoche del sábado cuando el padrastro del menor arrojó la bomba de estruendo sobre la vereda.

Según la declaración del hombre, después de la detonación el niño, identificado como Juan Pablo R., se tomó la cabeza con las manos y llamó a su madre quien al observar que el pequeño estaba herido lo llevó de inmediato a la clínica San Rafael, distante a una cuadra de donde la familia estaba reunida festejando la Navidad.

Poco después, y ya inconsciente, fue trasladado al Samco local y posteriormente derivado con urgencia al Hospital de Niños Orlando Alasia de Santa Fe, donde permaneció internado en terapia intensiva y su cuadro fue agravándose hasta producirse el deceso a las 17.45 del lunes.

Según indicaron fuentes allegadas a la investigación, los médicos policiales aseguraron que no coincidía la lesión interna con la externa. "La herida era muy pequeña para producir el daño cerebral que presentaba el chico", remarcaron. Si bien conforma la teoría más firme, no se pudo establecer con exactitud si lo que produjo la lesión en el menor fue un proyectil impulsado por el estallido de la bomba. También se maneja la hipótesis de que el niño pudo haber sufrido un infarto cerebral y luego, al caer al piso, se produjo la pequeña lesión externa. A última hora de ayer también se cotejaba la posibilidad de que el niño hubiera sido herido por un golpe con algún elemento punzante y hasta se manejó la teoría de que lo hubiera alcanzado una bala perdida, suposición que luego fue descartada.

Otra de las hipótesis sugiere que el artefacto explosivo pudo contener en su interior algún elemento que salió proyectado por la explosión e impactó en Juan Pablo. Durante la tarde de ayer, por orden del juzgado interviniente se realizaron diversas diligencias tendientes a esclarecer el hecho y a verificar el funcionamiento de los locales de expendio de productos pirotécnicos de El Trébol.

El pequeño, que era oriundo de Cañada Rosquín, la noche del sábado se encontraba junto a su familia y otros parientes festejando la Navidad en una mesa armada sobre la vereda este de bulevar América entre Buenos Aires y Entre Ríos, en la zona céntrica de El Trébol.


Festejo fatal
Según relataron algunos testigos que compartían la mesa, en el momento del incidente, el chico jugaba solo a unos seis metros de la reunión, sobre la contravereda, cuando su padrastro, Claudio E., un empleado de 26 años también domiciliado en Cañada Rosquín, arrojó la bomba que habría impulsado el proyectil que impactó en la zona superior de la cabeza el niño.

Según trascendió, los investigadores no pudieron hallar el proyectil por lo que la aclaración del caso quedará en manos de los médicos forenses que realizaron la autopsia durante la tarde de ayer, ordenada por el Juzgado de Primera Instancia Correccional de 8ª nominación de Santa Fe.

La noticia del suceso conmovió a las poblaciones de El Trébol y Cañada Rosquín, un pueblo de cinco mil habitantes ubicado sobre la ruta nacional 34, a 145 kilómetros al noroeste de Rosario, en el que la familia de condición humilde es muy querida por sus conciudadanos. El cuerpo del niño fue entregado a sus familiares a última hora de ayer, para ser velado y sepultado.

El Hospital Alasia de Santa Fe donde el lunes falleció el niño de seis años.