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 miércoles, 28 de diciembre de 2005  
Brutal guerra de religión en el interior de Indonesia
Milicianos islámicos decapitan a niños cristianos en Sulawesi, una isla con 12,5 millones de habitantes

Poso, Indonesia. - Enmascarados, vestidos de negro y blandiendo machetes, los atacantes ocultos en los pastizales se abalanzaron sobre las cuatro niñas cristianas que iban a la escuela. En pocos segundos, tres de las adolescentes estaban decapitadas, nuevas víctimas de la violencia que ha transformado esta isla de Indonesia en un nuevo frente de las guerras terroristas de religión.

"Sólo podía rezarle a Jesús para que me protegiera", dijo Moviana Malewa, de 16 años, que huyó con una gran herida en la cabeza. "Estaba bañada en sangre". Una gruesa cicatriz le surca la cara desde el ojo derecho hasta la nuca.

Se ha atribuido a milicianos musulmanes esta matanza de octubre, la más macabra en la campaña de terror contra los cristianos en la isla indonesia de Sulawesi.

La violencia entre musulmanes y cristianos, entre 2000 y 2002, dejó un millar de muertos y atrajo a milicianos islámicos de toda Indonesia e incluso de Medio Oriente. A pesar de un acuerdo de paz, los ataques a los cristianos continúan, particularmente en torno del pueblo de Poso, en el centro de la isla.

Los autores de los ataques son isleños musulmanes que "vengan" a sus muertos y terroristas empeñados en fomentar una nueva guerra, dicen ex combatientes y agentes de seguridad. "Quieren revivir en Poso el espíritu de la Yihad", dijo Fahirin Ibnu Achmad, un miliciano entrenado en Afganistán que combatió en la guerra de 2000-2002.


Triángulo del terror
Sulawesi es una de varias islas en lo que algunos llaman el "triángulo del terror" del sudeste asiático, una zona que abarca el sur de las Filipinas, azotada por las guerrillas islámicas, y el archipiélago indonesio de Maluku, escenario de conflictos religiosos, hacia el oeste. También se encuentra cerca Tailandia, país de mayoría musulmana donde dos años de insurgencia han causado más de 1.100 muertes.

Estados Unidos vigila estrechamente Indonesia, donde se acusa al grupo ilegal Yemaah Islamiya, vinculado con Al Qaeda, de perpetrar una serie de ataques suicidas contra occidentales desde 2002, incluyendo los atentados en la isla de Bali que mataron a 220 personas, en su mayoría turistas extranjeros.

Junto con Filipinas, el "escenario de Sulawesi es quizás el problema mayor en el sudeste asiático, porque allí el enemigo tiene la oportunidad de reunirse, entrenarse, formar grupos unidos y desde allí desplegarse hacia el exterior", resume Henry Crumpton, coordinador de contraterrorismo del Departamento de Estado norteamericano.

A pesar de la represión, los milicianos pueden desplazarse por la región, y existen indicios de que están mejorando sus destrezas para la fabricación de explosivos en campos de entrenamiento terroristas, afirma el general Ansyaad Mbai, jefe de las fuerzas antiterroristas en Indonesia.

Nunca se ha investigado seriamente la guerra de Sulawesi, y pocos combatientes han ido a juicio. Las comunidades musulmana y cristiana, cada una de las cuales constituye aproximadamente la mitad de los 12,5 millones de habitantes de la isla, tienen sus propias historias del conflicto en las que se presentan como víctimas. Hay edificios incendiados y comercios abandonados por toda la región, y el dinero para la reconstrucción aportado por las agencias internacionales de ayuda va a parar a los bolsillos de funcionarios corruptos y soldados, dicen los grupos de derechos humanos. (AP)
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