Expedicion a las altas cumbres andinas

Tres escaladores rosarinos, un suizo y un francés se lanzaron en una expedición que intentará unir los picos más altos del noroeste argentino y pasar a Chile, en un recorrido sin precedentes. Llamaron "Camino de los Andes" a la aventura que comenzó a principios de diciembre y se extenderá por 50 días, en los cuales el grupo intentará hacer cumbre en los cerros Bonete Chico (6759 msnm), el volcán Pissis (6882 msnm), el Tres Cruces (6739 msnm) y Walter Penk (6658 msnm).

El equipo se encuentra en pleno ascenso hacia la cumbre del Bonete, cerro que comenzaron a ascender el sábado después de unos días de aclimatamiento en el paso San Francisco. Durante esos días, Guillaume de Cerurac abandonó la meta debido a las exigencias de las rutas.

El resto del equipo lo componen los rosarinos Guillermo Heer, de 31 años, que es guía de alta montaña de Catamarca; Franco Filippini, de 25 años; Sebastián D`Adario, de 26 y el suizo Fernando Affentrager. Los integrantes de la expedición se conocieron en ascensos anteriores y urdieron el proyecto para recorrer una zona de los Andes que por la rudeza del clima, la difícil accesibilidad y la falta de agua potable, los Incas eligieron para hacer ofrendas rituales. El equipo, convencido de que "se hace camino al andar" eligió las rutas menos exploradas y con más dificultades para asegurarse que la expedición recorrerá tierras casi desconocidas.

El grupo no resulta numeroso si se considera que viajarán sin otro apoyo que el que puede aportar el mismo equipo, caminando hacia cumbres de más de 6500 metros y con una estadía diaria que promedia los 4700 (msnm) en climas extremos. Un vehículo los despide en cada ascenso y los espera en el próximo destino por cualquier imprevisto que pudiera surgir. El primer tramo de la expedición salió hacia la cumbre del Cerro Bonete (en La Rioja) para llegar dos días después al campamento base sobre el Pissis, el volcán inactivo más alto del mundo, al que ascenderán por la cara sur, considerada la más inexplorada y con mayores dificultades técnicas. La unión de las montañas será por la cara sur del gran cráter del Bonete. La expedición descansará en Fiambalá para seguir con la segunda etapa del viaje, que tendrá un equipo más reducido (sólo estarán Affentrager, y los rosarinos Filippini y Heer).

El grupo se movilizará hasta Chile por un paso no autorizado e instalará el campamento al pie del Tres Cruces, a unos 5200 metros, para intentar acceder a la cumbre que marca el límite entre los dos países y descender por el lado argentino. Luego irán al Walter Penk, otra montaña poco explorada.

El punto final está situado en Cazadero Grande, donde los expedicionarios podrán regresar en vehículos nuevamente a Fiambalá.