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sábado,
24 de
diciembre de
2005 |
Fichas
Ensayo. Adorable Stendhal, de Leonardo Sciascia. Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires, 2005, 180 páginas, $ 29. Este libro recopila los textos de Sciascia sobre el escritor francés, dispersos en libros, revistas y periódicos. “Escritos que —dice en el prólogo Vincenzo Consolo— tienen como pretexto alguna relación con Sicilia, con personajes sicilianos, a partir de aquel texto «fantástico» sobre un viaje deseado y nunca realizado a aquella isla, de la que había dibujado el mapa y escrito los nombres de los sitios que quería visitar”. La confrontación con Stendhal es para Sciascia la ocasión de “codearse con los territorios del amor, de la pasión, del instinto, de la vanidad, de la ligereza, de la galantería, del lirismo”.
Memorias. Cómo influyó en mi conciencia el Villazo, de Angel Porcu. Imprenta Lux, Santa Fe, 2005, 114 páginas. “Este libro —dice en el prólogo Gustavo Martínez— tiene varios momentos de la vida de Angel Porcu, en todos ellos habla un obrero, un revolucionario, un internacionalista, un ciudadano, una hormiga sobreviviente al genocidio consciente del rol que jugó en los últimos 30 años y de la importancia que tendrán las enseñanzas de ese período para el futuro de la clase trabajadora”. El volumen se estructura en tres partes, referidas a las luchas obreras en Villa Constitución, el exilio y el regreso al país de Porcu, como militante del PRT, y propuestas “para el debate de proyección al futuro”.
Ensayo. Los cuerpos de Eva Anatomía del deseo femenino, de Claudia Soria. Beatriz Viterbo Editora, Rosario, 2005, 223 páginas, $ 27. “Dentro de la literatura argentina, las prolíficas y variadas representaciones de Eva Perón en el siglo XX son sólo comparables a la producción en torno a la figura de Juan Manuel de Rosas en el siglo XIX”, dice Claudia Soria, licenciada en letras de la Universidad de Buenos Aires. El libro explora las representaciones de Eva Perón, una figura frente a la cual “se presentan dos escrituras como viables: la del amor o la del odio”, y propone al cuerpo de “esa mujer” como el campo de batalla donde se debaten varias posiciones femeninas e incluso una alegoría del enigma de la feminidad.
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