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viernes,
23 de
diciembre de
2005 |
Sendero Luminoso llamó a una "guerra popular" en Perú
Lima- La guerrilla peruana Sendero Luminoso llamó hoy a una “guerra popular” contra la “supuesta democracia” del país y las elecciones presidenciales de 2006, un día después de que el gobierno decretó el estado de sitio en regiones del país por una ola de ataques del grupo subversivo.
En un comunicado, la guerrilla maoísta llamó a rechazar “el circo electoral para colocar nuevos proscritos y delincuentes con corbatas, vedettes, violadores y toda bazofia que quiere robar y traficar en nombre de esta supuesta democracia”.
En su declaración, el grupo insurgente se atribuyó los recientes ataques a patrullas policiales en la selva amazónica del centro-este del país, que dejaron 13 agentes muertos, ocho fallecidos el martes pasado y otros cinco hace dos semanas.
“¿Para eso se elige en elecciones? Elecciones, no, ¡guerra popular, sí! ¡Boicotear!. ¡No votar!”, agregó Sendero en su comunicado.
La policía desestimó en parte la delcaración por considerar que se origina en militantes del grupo que residen en el extranjero, aunque advirtió que estos miembros del grupo podrían retornar a Perú para desarrollar allí sus actividades ilegales.
“No se puede descartar que esos elementos comprometidos con Sendero Luminoso, que son cerca de 800 estén regresando, porque no hay un seguimiento sobre ellos, no se sabe dónde están”, dijo el ex director de la Policía Nacional peruana, Eduardo Pérez Rocha.
Los últimos ataques de Sendero Luminoso llevaron al gobierno del presidente Alejandro Toledo a implantar el estado se sitio en seis provincias de tres departamentos amazónicos.
En estas regiones quedaron suspendidos los derechos de reunión y tránsito y la policía y el ejército cuentan ahora con poderes especiales para allanar y registrar viviendas y detener a sospechosos sin orden judicial.
Sendero Luminoso asólo a Perú en los años 80 y a principios de los 90 con una feroz campaña de atentados, matanzas, asesinatos políticos y sabotajes, pero el grupo quedó casi desarticulado con la detención de su líder, Abimael Guzmán, arrestado en 1992.
Lima acusa a los remanentes del grupo subversivo de haberse asociado con narcotraficantes -quienes les pagan por protección- y de intentar frustrar los programas gubernamentales de erradicación de la coca, uno de los temas centrales de la campaña para las elecciones presidenciales del próximo 9 de abril en el país. (Télam)
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