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viernes,
23 de
diciembre de
2005 |
La meta de reconstruir la vida
El Acnur destaca que lo primero que hay que saber es que "los refugiados no son una amenaza, sino que ellos son los amenazados"
En la sede de la agencia del Acnur en Rosario, entre varios carteles que se muestran en la sala de espera hay uno que dice: "Lo primero que hay que saber de los refugiados es que no son una amenaza sino que ellos son los amenazados".
Esa misma idea es la que rige el trabajo que desde esta dependencia se realiza en todo el mundo en favor de la protección humanitaria de los refugiados. Lo hace desde 1950, cuando fue creada para asistir a un millón doscientos mil refugiados a causa de la Segunda Guerra Mundial. En 1954 el organismo de la ONU ganó el premio Nobel de la paz.
Actualmente asiste en el mundo a unas 17 millones de personas (entre los refugiados, los que han peticionado protección y los que ya han regresado a sus hogares). En líneas generales esa es su misión: ayudar a los refugiados a reconstruir su vida.
La agencia internacional depende de las donaciones voluntarias de los gobiernos y empresas. También de colaboradores especiales, en particular deportistas y actores que ayudan a difundir su trabajo. El año pasado el actor Osvaldo Laport se sumó al Acnur de Argentina.
En su tarea la educación es un punto esencial. Simplemente porque se trata "del derecho de los refugiados de acceder a la educación pública, tanto primaria como secundaria".
De distintas formas las instituciones educativas, entre las que cuentan las universidades, se suman al trabajo del Acnur. Entre estos organismos figura la Asociaciñon de Universidades del Grupo Montevideo, por ejemplo. Una entidad para favorecer la integración de las universidades nacionales de los países de la región.
También, el convenio firmado entre la Universidad de Buenos Aires y el Acnur para ofrecer gratuitamente a los refugiados clases de español; por donde ya han pasado -desde 1994- unos 700 refugiados.
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