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| sábado,
12 de
noviembre de
2005 |
Yo opino
Enfermedad del entendimiento
Melina Aquili(*)
Como dice Saer: "El tedio es más temible que los supuestos peligros desconocidos que acechan al explorador del espacio..."
Hay días en los que huimos de conversaciones que nos parecen poco interesantes, interrumpimos nuestros sueños para amanecer ausentes, deseamos desaparecer del mundo, de ese lugar, en ese instante.
Nos sentimos volar en un cielo donde sólo habitan nuestros infinitos pensamientos, los que nos confunden y desalientan.
A veces la gente siente que no tiene tiempo para vivir y que sólo se dedica a trabajar. Sin embargo, si se comprendiera la simple esencia del trabajo, se pondrían en práctica sus principios frecuentemente.
¿Se ven consumidos por su trabajo? ¿Esperan desesperadamente la llegada de su jubilación?... ¿Por qué no saben disfrutar de lo que hacen? Se puede transformar la visión del trabajo en una fuente de alegría que armonice nuestras vidas. De esta manera nuestros tiempos serían más plenos y entenderíamos al trabajo como un dulce bienestar para una buena salud.
Debemos realizar lo que queremos para no sentir vacío, insatisfacción ni desinterés. Los fracasos deberían ser tomados como parte del crecimiento, de la experiencia y no como una solución extrema de autoeliminación, así todo cambiaría.
Hay que descubrir nuevas cosas para hacer, olvidar la cansadora rutina de todos los días, tener paciencia para acostumbrarse a los cambios, y simplemente ¡No desaprovechar ese hermoso instante en que nos sentimos verdaderamente felices!
(*)Tiene 16 años, vive en Pujato y estudia el polimodal en Casilda.
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