Pasando revista

"¿Qué? ¿Volvió?" suele ser la pregunta más frecuente si alguien tiene en sus manos un ejemplar de Caras y Caretas, versión 2005. Las comparaciones son odiosas pero al retomar una historia gráfica de tamaño valor, resultan inevitables. Dirigida por Felipe Pigna y con Maria Seoane como asesora periodística, la publicación salió nuevamente en julio pasado. Y puede decirse que es diferente, aunque tiene cierta chispa de la mítica revista.

Su estética es cuidada, al igual que el diseño. Pero se extrañan las caricaturas o el ingenio en el arte y presentación de los avisos. En esta versión, hay más análisis y cierta profundidad en las notas tras la búsqueda de algún dato nuevo o una mirada que sorprenda.

La revista ofrece un tema principal, y secciones fijas, como la nacional (Ay país, país), o la que propone un debate sobre temas polémicos (La asamblea). También hay economía (Ekonomizando), cultura (Un cacho de cultura) y un reportaje (Oíd Mortales) donde Pigna simula entrevistar a algún personaje histórico, basándose en documentos, entre otras. Destaca Cosecha Roja, una sección donde se retoman casos policiales emblemáticos y las vistosas ilustraciones que acompañan las notas.

Aquella Caras y Caretas sí se cuela en otras pequeñas secciones que comentan episodios de la vida cotidiana, curiosidades, o emulan las viñetas de entonces. Imperdibles, y para el recuerdo, la reproducción de tapas o páginas interiores de la antigua colección.

Al observar la producido, parece haber dos revistas en una: la seria (el análisis y la investigación) y la arriesgada, con humor e ironía. Quizá el desafío esté en integrarlas por medio de la edición, o en la lectura.