Sobre gustos

Humberto Lobbosco nació en 1948. Publicó dos libros de poemas, "Catarsis amarilla" (1976) y "El último gesto" (2003). Coordina el taller de literatura Jorge Riestra, dependiente de la Dirección de Educación de la municipalidad de Rosario y ha coordinado grupos de lectura cooperativa sobre diversos autores y actualmente sobre Miguel de Cervantes. "Desde hace un tiempo largo, me dedico a traducir -amateurmente, amorosamente- a Montale y Ungaretti", dice.

-¿Qué lugar prefiere de la ciudad y por qué?

-El mogollón de las calles del centro, donde me hundo en lo mejor y lo peor de esta maravillosa ciudad que amo. Aunque reconozco que toda Rosario está cada día más bella y más interesante. Sé, después de muchas vueltas, que Rosario es imprescindible para el buen estado de mi alma.

-¿Cómo es su momento ideal?

-El compartido con el amor o con los amigos, también el de la lectura solitaria y enriquecedora, porque son momentos en los cuales siempre uno se siente libre y, además, aprende.

-¿Tiene alguna cábala para escribir?

-No, cábala no, ninguna; sí un deseo permanente de que el seso no se seque demasiado, para poder sentir la nota de la poesía cuando suena y poder, con esfuerzo, escribir algo digno.

-¿Qué libro no recomendaría y por qué?

-Nunca recomendaría un libro que a mí no me gusta, tampoco sentiría que estoy haciendo algo bueno si suscito en alguien la lectura de un montón de basura, de la que hay tanta publicada. Me parece que la lectura debe enseñar a pensar y muchas veces encuentro que demasiados son lo que no desean provocar tal reacción en el lector. No creo que sea necesario nombrar a nadie. Todos sabemos a quiénes me refiero.

-¿Qué versos merecen ser recordados en una cita amorosa?

-El amor es disparador de muchas sensaciones especiales. La poesía ocupa un lugar especial y vasto en mi vida. Preferiría que en esa cita estuviera presente yo desnudo de todo aditamento. Total, la amada tendrá que convivir por fuerza, si me ama, con la poesía. Iba a decir "con los versos", pero me parece más noble "con la poesía".

-¿Qué experiencia le enseñó algo importante?

-Creo que todas las experiencias enseñan, el problema está en que yo aprenda de ellas. En muchas ocasiones creo que el hombre no es un buen alumno de esa maestra silenciosa y eterna que es la experiencia. En general, la Humanidad no ha aprendido demasiado de la experiencia; sino, no tendríamos tantos lamentables portadores de la guerra y de la muerte.

-¿Cómo se llamaría el libro que contara su vida?

-"La intemperie sin fin", como decía con tan buena poesía Juanele de la poesía.

-¿Cuál es el lugar que prefiere para estar en su casa y por qué?

-Sentado a mi mesa de trabajo, rodeado de mis libros, mis lapiceras, mis papeles y mis sueltos pájaros revoloteando a su aire en mi imaginación.