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domingo,
06 de
noviembre de
2005 |
Cursos de ética para el
personal de la Casa Blanca
tras el escándalo de la CIA
Deberán aprender a "callar" información confidencial
Washington. - El personal de la Casa Blanca deberá participar esta semana de presentaciones sobre ética y tratamiento de información clasificada, tras haber sido acusado un importante funcionario en una investigación por una filtración del nombre de una agente secreta de la CIA, según un memorando publicado ayer.
La oficina del consejo de la Casa Blanca llevará adelante una serie de sesiones este martes, miércoles y jueves. "Su asistencia a una de estas clases es obligatoria", dijo el memo dirigido al personal de la Casa Blanca firmado por la consejera Harriet Miers.
El documento fue divulgado en Mar del Plata, donde el presidente estadounidense George W. Bush participó de la Cumbre de las Américas. Las presentaciones refrescarán las normas generales sobre ética, incluyendo el tratamiento del material clasificado, señaló el comunicado.
La obligación del curso sobreviene luego de que Lewis Libby, un ex asesor del vicepresidente Dick Cheney, fuera acusado la semana pasada de cinco cargos de obstrucción a la Justicia, perjurio y mentira en la investigación de dos años sobre la filtración de la identidad de la agente encubierta de la CIA Valerie Plame. Si es condenado, Libby, quien renunció a su puesto en la Casa Blanca, se enfrenta a una sentencia de hasta 30 años de prisión.
Distintos asesores dijeron que Bush decidió establecer los cursos de ética durante una serie de encuentros privados celebrados el pasado fin de semana con el jefe de personal Andrew Card y con Harriet Miers, cuya oficina dictará las clases. La decisión se conoce en medio de una creciente presión de los legisladores demócratas para que Bush desplace al principal asesor de la Casa Blanca, Karl Rove, quien está siendo investigado por sus presuntas conversaciones con la prensa sobre Plame, esposa del crítico de la guerra de Irak Joseph Wilson.
En 2003, Wilson había acusado al gobierno de Bush de tergiversar y exagerar hechos relacionados con los supuestos intentos del régimen de Saddam Hussein de comprar uranio a Níger.
Republicanos dentro y fuera de la Casa Blanca han dicho que Bush debe tomar medidas más agresivas, ya que el caso, conocido como Ciagate, ha provocado una caída en el prestigio del presidente y la confianza de la opinión pública en su credibilidad.
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