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domingo,
06 de
noviembre de
2005 |
Mercados
Un ajuste por el tipo de cambio
La política económica encontró aire. Con este modelo, crece la especulación en pesos
Salvador Di Stéfano
En la semana los temores sobre una nueva suba de la tasa de corto plazo en Estados Unidos pusieron en vilo al mercado accionario. Sin embargo, a pesar de que la tasa de corto plazo se ubica en el 4% anual y la de largo plazo en el 4,65% los mercados emergentes siguieron a la suba, descontando que a futuro la inflación en el mundo será moderada y la tasa de interés descenderá a niveles más razonables.
En Argentina el Banco Central República Argentina (BCRA) le fijó un nuevo piso al tipo de cambio y prácticamente definió una nueva banda de precios entre 3,00 y 3,10. La tasa de interés sigue en niveles estables y todo indica que la variable de ajuste futura será el tipo de cambio.
El gobierno comenzó a tocar el tipo de cambio para, de esta forma, alentar la actividad económica, cuanto más suba el tipo de cambio mayores ingresos en pesos vía incremento de las exportaciones, y por otro lado se reanima la demanda interna porque esto activa la sustitución de importaciones. Ante un mayor nivel de actividad esto dispara un incremento en la recaudación económica, vía retenciones, impuesto al cheque, IVA y otros varios.
Los mayores ingresos fiscales con un gasto público estable, podrían posibilitar que el gobierno genere el ahorro fiscal necesario para constituir el fondo anticíclico ante probables cambios de escenario en los mercados internacionales.
La devaluación del peso es un incentivo para las exportaciones y una barrera para las importaciones. Esto derivará en un incremento del superávit de la balanza comercial, con lo cual la oferta de dólares en el mercado crecerá y esto le da mayor margen de maniobra al gobierno para emitir y acumular reservas en el BCRA.
Hasta aquí, el modelito parece la cadena de la felicidad. Sin embargo, se destaca que todo esto se logra en el marco de una alta presión tributaria y alta inseguridad jurídica, lo que no alienta nuevas inversiones y por ende mantiene rígida la oferta en el mercado ante una demanda que luce creciente y termina ajustando a la suba los precios de los bienes y servicios de la economía.
La inflación es el mayor flagelo que tiene este modelo, porque le quita competitividad a nuestra economía, corroe el tipo de cambio alto, genera desigualdades sociales y desfavorece los ingresos de las clases sociales más humildes.
Por otro lado, toda suba de la inflación trae como correlato un incremento de la deuda pública, ya que un 40% de la deuda está nominada en pesos ajustables por inflación. Por cada punto de inflación la deuda pública crece en 500 millones de dólares, en lo que va del año 2005 la inflación fue del 9,8% y la deuda creció en 5.000 millones de dólares.
Con este esquema no se corre peligro ahora, pero a futuro la economía esta incubando una crisis de endeudamiento.El plan económico invita a la especulación en pesos, ya sea tomando posición de bienes o en títulos ajustados por inflación. Hasta tanto no se produzca un desorden importante, la economía Argentina mantendrá una estructura cerrada, con pocas alternativas de inversión en la que los bienes se revalorizarán alentando la suba de las propiedades y acciones. Los negocios que vienen son para realizarlos con dinero líquido y sin apalancamiento. Los inmuebles y la bolsa seguirán fuertemente a la suba. Los inmuebles son muy poco líquidos, pero la Bolsa se beneficiará del efecto combinado de suba de tipo de cambio y mayor inflación. El merval parece ir en busca de nuevos máximos. Las acciones más recomendables serían Petrobras, Bansud y para darle más volatilidad Comercial del Plata o Acindar que en algún momento deberían despertar de su letargo.
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