Fiesta multicultural. Las Colectividades llegaron con propuestas diversas

Una recorrida por la historia urbana

"Valorar y descubrir" es la muestra que el Museo de la Ciudad expone en el Parque Nacional a la Bandera

Eugenia Langone / La Capital

"Valorar y descubrir", la propuesta que el Museo de la Ciudad presentó en esta nueva edición de la Fiesta Nacional de las Colectividades, es casi una advertencia a las constantes pérdidas que sufrió la ciudad en su patrimonio histórico y arquitectónico, y una invitación a tomar conciencia de la importancia que tiene la preservación de tesoro. Todo eso presentado a través de imágenes que dan cuenta de las transformaciones urbanas sufridas por la ciudad a lo largo de los últimos años y, sobre todo, a partir de la fiebre por las demoliciones que comenzó en las décadas del 60 y 70.

"Estamos preocupados ante la constante sustitución de piezas históricas y de gran valor arquitectónico por edificios que tienen escaso valor arquitectónico", confesó el director del museo, Raúl D'Amelio, a la ahora de explicar el origen de esta exposición que exhibe algunas joyitas de la colección que tiene la entidad. Y la advertencia tiene asidero ya que, según datos del Programa Municipal de Preservación del Patrimonio, sólo el año pasado se demolieron en Rosario 20 edificios de valor patrimonial.

La muestra, que fue pensada y diseñada por el Museo de la Ciudad exclusivamente para esta XXI Feria de las Colectividades, se exhibe en el Galpón 17 del Parque Nacional a la Bandera, y puede verse hasta el cierre del encuentro, el próximo 13 de noviembre, desde las 19.30 y hasta la medianoche.

"Rosario tiene una historia urbana que es muy rica e interesante, entonces a través de la muestra intentamos contar esa historia con imágenes que son piezas del museo y reproducciones de originales del museo", explicó D'Amelio a La Capital.

Como parte de esa historia que excede un siglo aparecen más de un centenar de postales de la colección Tomasini, que retrata la vida de Rosario en los años 30. Allí, no sólo aparecen algunos edificios que se perdieron en el tiempo, sino que además los visitantes podrán ver las costumbres y las modas de aquellos tiempos.

Otra de las propuestas de la muestra ofrece un espacio donde se recrea la fisonomía que tenía la plaza 25 de Mayo a principios del siglo XX. Así, se instalaron en el lugar bancos y farolas que pertenecen al museo, y que son piezas centenarias.


Antes y después
El antes y el después de algunos espacios tradicionales tanto del centro como del macrocentro de la ciudad, y los edificios que allí ya no están es otro de los aspectos que aborda la muestra. En ese sector, a través de grandes paneles se exhibe lo que fueron las esquinas de Córdoba y Oroño, la intersección de las peatonales y el antiguo Palacio de Tribunales donde actualmente funciona la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

"A partir de esas imágenes queda más que claro lo que pasó en algunos lugares importantes de Rosario y las grandes demoliciones que se llevaron adelante", opinó el director del museo.

A eso se suma un caso paradigmático, aunque no el único, que fue el destino del monumento a Giuseppe Garibaldi, que D'Amelio definió como "la disolución misma del patrimonio".

"Esa escultura estaba emplazada en una vieja casona de Laprida al 1000, que era un edificio italiano, bellísimo, perteneciente al neoclásico renacentista y que había sido de la Masonería -continuó el director-. La casa fue demolida en los 70 y el monumento pasó al Parque Independencia, donde le colocaron una bomba y lo destruyeron años más tarde. Ahora, no quedó nada ni la casa ni el monumento".

Si bien se destacan las grandes piezas desaparecidas, como el Palacio Pinasco, la mansión de Nicanor D'Elía y la casona de Pablo Recaño sobre bulevar Oroño, éstas no son las únicas preocupaciones que se plantean desde el museo.

"No sólo los edificios de la alta burguesía o los grandes palacios tienen gran valor patrimonial e histórico. Por eso, se intenta reflejar la historia de conventillos y casas de obreros portuarios que tiene la ciudad, y que también forman parte del patrimonio local", agregó D'Amelio.


Hacia adelante
Pero en ese recorrido por la historia urbana de Rosario, el museo no pretende quedarse sólo en las pérdidas ya irrecuperables que se dieron a lo largo de los años, sino todo lo contrario. "De alguna forma intenta convertirse en una mirada hacia adelante", indicó el director, quien apuesta sobre todo a que la muestra sea una propuesta educativa tanto para los rosarinos como para quienes sólo estén de visita. Además, se pretende que estos últimos lleven la consigna de preservación hacia sus lugares de residencia

Si bien el funcionario de alguna manera se propone con la muestra en cuestión generar una toma de conciencia por parte de la población, no deja de lado el debate que todavía está pendiente y que se deben dar los diferentes sectores de la ciudad.

En ese sentido, D'Amelio lanzó una advertencia a tener en cuenta. "Rosario es todavía una ciudad bella, con piezas interesantes tanto en el centro de la ciudad como en los barrios como avenida del Rosario y Fisherton, entre muchos otros. Pero sin preservación y a este ritmo, vamos a seguir perdiendo muchas piezas de gran valor", alertó.

Por eso, hizo hincapié en la necesidad de generar un intercambio entre los diferentes sectores involucrados porque "el museo no pretende invadir las facultades de nadie", y agregó: "Hay debate aún pendiente que debe darse tanto desde el Estado en sus diferentes estamentos hasta los empresarios y sobre todo el mercado inmobiliario".

La exposición busca despertar la conciencia de preservación.