Yo creo: "Ni purismo ni mercadeo exacerbado"

U.G. Mauro / La Capital

Habrá que esperar hasta el domingo para conocer el saldo definitivo del Segundo Encuentro Nacional de Músicos Populares que se realiza en La Comedia. El primero fue un éxito; éste viene parido con bastante más esfuerzo que el anterior y con bastante menos dinero disponible, pero tranquilamente se podrían ir acreditando desde ya algunos puntos a su favor.

En primer término, su sola continuidad ya es un logro, considerando los esfuerzos realizados a lo largo de un año por sus ideólogos, un grupo de músicos locales que restaron horas de sus vidas y también pesos de sus bolsillos para que esto se concrete.

Otro elemento valorable es el compromiso de Cultura de la Municipalidad, que puso a disposición del encuentro sala, luces, sonido y dinero para un emprendimiento cultural que lentamente comienza a instalarse en la agenda de los rosarinos a la hora de engordar el alma y el buen gusto musical.

Buena actitud también la de los artistas, que solidarios entre sí, para con el público y para con los organizadores, llegaron a la ciudad sin exigencias desmedidas.

Sin tirar viejos por la ventana, ni confiando porque sí nomás en lo nuevo, esta edición del encuentro ofrece una programación equilibrada: lo fresco y nuevo de Mariana Baraj y el canto humilde, profundo y distinguido de Suma Paz se cruzan con visiones del Litoral modernas y tradicionales de dos coterráneos como Coqui Ortiz o Carlos Pino.

Los memoriosos que se instalen estas noches en La Comedia disfrutarán de los ecos de una rica historia rosarina en materia de grupos vocales con las voces de Cántaro, y en el mismo perfil musical podrán valorar tanto la nueva propuesta que traerá desde Buenos Aires un revitalizado grupo como Gente de Canto y a su vez la actualidad de un grupo clásico como Las Voces Blancas.

Pero el equilibrio se manifiesta también en otro aspecto: ni puristas o mercadeo exacerbado. El canto del pueblo, "también canta por dinero, como un obrero", decía Zitarrosa y en la programación del encuentro convivirán quienes no están cerca de ninguno de ambos extremos.