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viernes,
04 de
noviembre de
2005 |
Carta a Rubén
Naranjo
Te conocí en mi adolescencia. Tenía la urgencia, la necesidad y la avidez que no he perdido; vos la parsimonia, tranquilidad, sabiduría, firmeza, sonrisa a pleno, mirada cómplice y manos extendidas que mantuviste hasta ayer. En un abrir y cerrar de ojos pasaron 30 años, nos reencontramos, nos adoptamos, compartimos horas y pavas de mate, me abriste el corazón, compartiste tus amigos y nos volvió a unir una vieja pasión... la Vigil. Tamaña empresa merece revivirse y volver, para que uno, varios, miles de chicos cumplan sus sueños. Sé que ahora sos parte del aire, que estás con tu amiga Leticia, con Pocho, con ese otro hombre niño como vos, Korczak, y tantos otros. Ya no estoy triste, rueda mi lágrima, pero de bronca. Seguramente volveremos a encontrarnos a la vuelta de la vida, haré todo para lograr la Vigil II, no sólo por vos, sino por las generaciones futuras.
Carlos Taruselli
[email protected]
N. de la R.: El profesor y militante por los derechos humanos Rubén Naranjo falleció el pasado 3 de octubre.
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