"El gobierno provincial es un gran tren sobre la vía, pero sin máquina"

Al mirar hacia la Rosada, el ex intendente equilibró reclamos y respaldos en un colmado Patio de la Madera

Javier Felcaro / La Capital

El Frente Progresista Cívico y Social oficializó ayer su campaña para las elecciones del 23 de octubre próximo con un rosario de críticas al gobierno provincial. El encargado de amplificarlas fue Hermes Binner, primer candidato a diputado nacional, quien disparó: "Es un gran tren sobre la vía, pero sin máquina". Aunque, a la hora de apuntar hacia la Casa Rosada, procuró equilibrar los reproches y se limitó a señalar que "las aguas están en partidos diferentes".

En un colmado salón principal del Patio de la Madera, donde abundaron banderas del Partido Socialista (PS), la Unión Cívica Radical (UCR) y el Partido Intransigente (PI), el ex intendente reafirmó su estrategia.

"Hay que plebiscitar al gobierno provincial, que es un gran tren que está sobre la vía pero sin máquina ", graficó Binner, encendiendo aplausos y potenciando el ritmo de varios bombos, los mismos instrumentos percusivos tan ligados a la liturgia peronista que días atrás estuvieron ausentes en el lanzamiento del Frente para la Victoria. Un contraste que la coalición socialista-radical se esforzó por hacer notar.

Fue entonces cuando el postulante subió el tono de las críticas. "¿Y qué se puede plebiscitar? La concesión a Aguas Provinciales o la privatización del Banco de Santa Fe. También la educación, inmersa en un conflicto permanente sin solución, y la salud, en la que se mueren madres sin controles (por abortos clandestinos) y niños desnutridos", enumeró.

En esa línea, Binner agregó: "También podemos plebiscitar la Justicia, porque el caso IBM-Banco Provincial, un caso emblemático de corrupción, se va resolviendo por el simple paso del tiempo. Además, ¿la impunidad no se consume en la memoria de Claudio Pocho Lepratti (militante social muerto durante el diciembre trágico de 2001)?".

El candidato habló, además, de la necesidad de impulsar en el Congreso "leyes que defiendan a Santa Fe, porque en varios aspectos viene siendo marginada de las decisiones nacionales". Y reprochó el hecho de que la provincia "exporte alimentos a todo el mundo y el 30 por ciento de su población no tenga qué comer".

Pasadas las 19, el ex intendente y sus pares de lista subieron al escenario, que lució una amplia mesa, una tarima central para los oradores, sendas banderas argentinas a sus costados y un cartel blanco de fondo con la leyenda "Comienza el cambio". La banda de sonido, típicamente rosarina, la puso Fito Páez con su "Hay que salir al sol", canción que fue acompañada por las palmas de cerca de 2.000 personas (para la organización).

Abajo y de cara al palco, se repartieron las sillas el intendente Miguel Lifschitz; su par de Morón, Martín Sabbatella (asistencia perfecta a cada invitación que recibió); el gabinete municipal, legisladores nacionales y provinciales del PS y la UCR, concejales y aspirantes a edil. Afuera, los taxistas en conflicto con la Municipalidad también se hicieron notar (ver sección La Ciudad).

La socialista Silvia Augsburger, número tres en la grilla, abrió el fuego con un llamado a "construir de abajo hacia arriba para el cambio de todos los santafesinos". Después, el radical Hugo Storero (segundo en la nómina) vaticinó "el final de un gobierno justicialista que supera los 20 años y que nos llevó al más estrepitoso de los fracasos".

El actual diputado sorprendió con una estocada al presidente Néstor Kirchner y a la primera dama, Cristina Fernández, reservada desde el desembarco de ambos en Newell's: "Hay que decirle basta a un modelo de gestión en Santa Fe que busca ocultarse bajo las faldas de padrinos o madrinas que vienen acá para indicarnos lo que tenemos que hacer".

También trazó un paralelo entre las fuerzas política en pugna. "El Frente para la Victoria, que con su nombre lo dice todo, sólo quiere permanecer en el gobierno. Nosotros aspiramos a más, a sacar a los ciudadanos de la pobreza", enfatizó.

Por eso, y tal vez entonado por la presunciones previas a los comicios, el radical concluyó: "Que ellos se queden con el frente... Nosotros, de la mano de todos los santafesinos, en octubre nos quedaremos con la victoria".

Antes del acto, en conferencia de prensa, Binner aprovechó para salir al cruce del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien el lunes había asegurado que el socialista era la oposición.

"Las aguas están en partidos diferentes. Nosotros somos el Frente Progresista", respondió ante una consulta de La Capital. No obstante, buscó equilibrar los cuestionamientos al afirmar que "creemos en una democracia en la que se pueda opinar y construir un país con derechos para todos".

Al respecto, reiteró que la labor parlamentaria consistirá en "apoyar, como lo hacen hoy nuestros legisladores, los aspectos que estimamos positivos y apelar a alternativas cuando no estemos de acuerdo".

Si bien se mostró "convencido de que hay un resurgimiento económico", advirtió que éste "se basa fundamentalmente en las exportaciones y en salarios debilitados", por lo que instó a aplicar una "justicia distributiva".

Storero, en tanto, minimizó la denuncia de una presunta compra de voluntades en la UCR antes de la definición de la lista. "Es un capítulo cerrado, producto de inoportunas palabras de un dirigente (Carlos Iparraguirre) en el fragor del día después de la derrota", puntualizó.

Luego, desde el escenario, Binner destacaría la premisa de "recuperar la credibilidad" de la clase política perdida tras la debacle del gobierno de Fernando de la Rúa. El final encontró a todos los candidatos con sus brazos en alto. Y a Fito bajando el telón.

Storero, Binner y Augsburger dispararon munición gruesa.