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miércoles,
07 de
septiembre de
2005 |
Rosario tiene el horizonte claro
Horascio Ghirardi
Esta Rosario que hoy se muestra pujante y activa, reconocida nacional e internacionalmente como experiencia exitosa, no lo es por generación espontánea. Es fruto de un coherente y persistente proceso de construcción. Es el resultado del trabajo sistemático entre un pueblo orgulloso y un gobierno honesto que resolvieron diseñar y respetar un conjunto de políticas de Estado para la ciudad.
Cuando soplaron aires de retracción de todo lo que fuera público, Rosario reivindicó al Estado como un actor clave en la generación de mejores condiciones de vida para sus habitantes. Lo pensó como un organismo capaz de recrear sus modalidades de intervención y sus responsabilidades.
El impulso de la descentralización y modernización del Estado, el fomento de la participación a través de herramientas como el presupuesto participativo, constituyen iniciativas puestas al servicio de una transformación que confiere centralidad al ciudadano, a sus necesidades y expectativas.
En lo institucional tales proyectos han representado el cambio político y cultural más importante de los últimos cien años en nuestra ciudad, reflejando además el férreo compromiso con la transparencia como una búsqueda continua para la mejora del gobierno y el logro de una mayor equidad.
Sabemos que esta reivindicación de ciudadanía requiere fortalecer el capital social. Para ello se ha trabajado a lo largo de estos años en la generación de condiciones que permitieran el ejercicio efectivo de derechos fundamentales.
Por ello, los enormes esfuerzos que realiza nuestro municipio en materia de salud pública. El impulso de programas como Rosario Hábitat, que está produciendo un verdadero cambio urbano, cultural y social en los asentamientos más humildes de la ciudad. Por ello el Programa Crecer, el de Agricultura Urbana o el de Emprendimientos Sociales. Por ello, la recuperación y desarrollo de espacios públicos de calidad, pensados como ámbitos de encuentro y convivencia, iniciativas que dan cuenta de una gestión que se compromete con el desarrollo humano de manera integral.
Poner en valor el pleno ejercicio de la ciudadanía, también supone amplificar la voz de aquellos que no suelen ser escuchados en la esfera pública. Los niños, los jóvenes, las mujeres, las personas con capacidades diferentes. Por ello, los Consejos de Niños, el presupuesto participativo joven, el plan de igualdad entre mujeres y varones. Por ello, el programa para la eliminación de barreras arquitectónicas, políticas que constituyen ejemplos de una vocación fuertemente inclusiva. Políticas para la construcción de una ciudad donde la diversidad encuentre su espacio, de una ciudad que nos contenga a todas y todos.
Hoy, Rosario puede pensarse a sí misma desde sus oportunidades y desafíos, no obstante las rigideces del marco político institucional de la provincia de Santa Fe. Desde hace años, nuestro municipio viene forjando nuevos ámbitos de intervención en cuestiones tradicionalmente ajenas a su competencia formal. Así, cuestiones como la educación, el empleo o la seguridad ya no son ajenas a la actuación pública local.
La admirable trilogía pedagógica constituida por la Granja de la Infancia , el Jardín de los Niños y la Isla de los Inventos demuestran todo lo que un municipio con ideas claras y fuerza para emprender puede realizar en el ámbito de lo educativo. Un modelo distintivo, donde creatividad y profundidad conceptual abren un panorama alternativo en la visión del mundo y la formación de nuestros niños.
La Guardia Urbana Municipal, una presencia nueva en la vida de nuestra ciudad, expresa el compromiso que el gobierno de Rosario ha asumido en materia de seguridad. Aquí, la seguridad es conceptualizada como un proceso que rescata una dimensión esencialmente positiva, en tanto comprende su construcción a partir de la prevención, la educación, el fomento de comportamientos respetuosos de las normas y los derechos de los demás.
Además, en los últimos años nuestro municipio ha venido desplegando un rol promotor del desarrollo económico, propiciando las condiciones para la inversión y el empleo. Muestra de ello lo constituyen tres de sus principales ejes de acción en la materia, consistentes en la capacitación y calificación de la mano de obra en los perfiles técnicos más requeridos por las pymes industriales, la intermediación laboral y la identificación de nuevos yacimientos de empleo. En este sentido, podemos mencionar los emprendimientos vinculados a las tecnologías de la información y comunicación (TIC), que requieren de mano de obra intensiva y con alta calificación. Esto concuerda con el perfil que está tomando Rosario como polo productivo innovador.
Pero es insoslayable que para que el gobierno de la ciudad pueda adquirir mayor protagonismo y contundencia en estas temáticas y en las nuevas que se abran en el porvenir, necesitamos concretar la autonomía municipal. Esta es una herramienta estratégica e imprescindible para que los rosarinos podamos luchar con más eficacia por lo que nos corresponde y no nos quieren dar a nivel de recursos presupuestarios. Para que podamos repensar el nuevo diseño de nuestras instituciones políticas y administrativas. En definitiva, para que podamos defender nuestros derechos de manera más democrática, construyendo nuestro propio gobierno y nuestro propio destino.
(*)Licenciado en Ciencia Política y Administración Pública, subsecretario de Gobierno municipal, candidato a primer concejal por el Frente Progresista
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