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 miércoles, 07 de septiembre de 2005  
Mala praxis. Inédito fallo de la Cámara Civil porteña
Condenan a médico por exceso quirúrgico
Estaba autorizado a hacer una operación exploratoria y terminó extirpando un tumor. El paciente murió

Un médico fue condenado a pagar 477.500 pesos más intereses a contar desde 1996 por mala praxis, pues si bien estaba autorizado a realizar una intervención quirúrgica sólo exploratoria, intentó extirpar un tumor cerebral y el paciente murió. El insólito caso, que está llamado a marcar un antes y un después en los juicios por mala praxis, fue resuelto por la Sala I de la Cámara Civil de la Capital Federal.

De la sentencia surge que el paciente, el también médico Alejandro Bosio, de 40 años, fue sometido el 27 de mayo de 1996 a una intervención quirúrgica en el Sanatorio Mitre de la Capital Federal, definida médicamente como "craneotomía explorable por tumor infundibular".


Debía extraer una muestra
Esa intervención, según habían aconsejado facultativos que atendieron a Bosio y consintió el propio paciente, estaba destinada a obtener una muestra de un tumor de un centímetro detectado en el hipotálamo para una biopsia. Pero según describe el fallo, el médico que lo intervino -cuya identidad se mantiene en reserva, atento a que la sentencia aún no está firme- "se excedió en sus funciones al tratar de extraerlo en su totalidad al advertir que no podía seccionarlo para obtener una muestra".

Bosio nunca recuperó el conocimiento, y una semana más tarde, murió.

Los camaristas Julio Ojea Quintana, Delfina Borda y Carlos Ponce entendieron que el médico que operó a Bosio "debió detenerse al comprobar la imposibilidad de obtener la muestra requerida y no proceder como lo hizo". Pero "siguió adelante y extrajo en bloque la totalidad del tumor, cuyo tamaño en definitiva no superaba un centímetro", abundaron.

Los jueces prefirieron no detenerse "a analizar si la aparición del hematoma" que luego derivó en la muerte "se debió a la extracción total del tumor, a un problema de coagulación o a una hemostasia deficiente".

El juez Ponce precisó: "Entiendo al respecto que el error estuvo en el exceso del obrar del cirujano en la intervención principal. El desenlace era inevitable, como real y lamentablemente lo fue". Los camaristas se preguntaron "si ante la circunstancias del caso el cirujano hubiera dado por terminada la operación al comprobar la imposibilidad de obtener una muestra del tumor, aún seguiría con vida". Y la respuesta fue que "ello hubiera sido muy probable".

Los jueces entendieron que "el cirujano interviniente en la emergencia se apartó del consentimiento informado, que ha sido definido como «una declaración de voluntad efectuada por el paciente. La base del fundamento jurídico en que se sustenta esta herramienta médica es el respeto de los derechos personalísimos» de los pacientes".

Por ello, dispusieron el resarcimiento por 477.500 pesos más intereses. (DyN)
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