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miércoles,
07 de
septiembre de
2005 |
Optimismo que la asamblea apagó
El optimismo que el gobernador Jorge Obeid derrochaba ayer en horas del mediodía, sin dudas mutó en gran disconformidad durante la noche, cuando Amsafé pateó el tablero y lanzó el paro de 48 horas. Es que hasta ese momento, la cúpula del sindicato había visto con buenos ojos la propuesta oficial y todo hacía creer que la tregua estaba prácticamente sellada. "Esto puede significar la resolución del conflicto", se esperanzaba el mandatario horas antes de que sesionaran ambas asambleas gremiales. Por esas horas, y mientras se desarrollaban las negociaciones en el ala este del Palacio de Gobierno, a pocos metros de donde él se encontraba, nada hacía prever el desenlace que llegaría a la noche. Sin embargo, y quizás temiendo lo que finalmente ocurrió, extremaba la prudencia a la hora de hacer declaraciones. "No quiero echarle nafta al fuego", decía en un intento por evitar que sus declaraciones cambiaran el ritmo de la negociación. Se mostraba tranquilo, optimista y hasta se animaba a remarcar que las conversaciones de sus funcionarios con los sindicalistas eran "fructíferas". "Yo soy muy optimista y creo que va a derivar en la resolución del conflicto", sentenciaba el jefe del Ejecutivo, al tiempo que consideraba que "las pujas salariales son siempre difíciles, sobre todo cuando se mezclan con lo político, pero no quiero echarle nafta al fuego, estamos por llegar a un acuerdo", decía por esas horas. Después sobrevino lo impensado. Amsafé pateó el tablero y ahora se viene un paro de 48 horas.
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