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sábado,
20 de
agosto de
2005 |
Acusan al ministro de Economía de Lula
El poderoso Antonio Palocci habría cobrado sobornos para el partido durante años cuando era alcalde
San Pablo. - El arquitecto de la política económica brasileña, el ministro de Hacienda Antonio Palocci, se vio arrastrado al escándalo político que golpea al gobierno del presidente Lula, luego de que un ex asesor lo acusó de cobrar sobornos en favor de su partido cuando fue alcalde de la ciudad de Ribeirao Preto.
Palocci negó "con vehemencia" que cobrara sobornos y aseguró que tanto a él como al ministerio "les interesa la completa aclaración de los hechos". Tal aclaración "no será alcanzada con la precipitada divulgación de acusaciones parciales e infundadas", dijo Palocci, mediante un comunicado de prensa en Brasilia.
Palocci es visto como el artífice de una política económica que impulsó el crecimiento del país, la reducción de la inflación y el control del gasto público. Las denuncias, las primeras que recaen sobre Palocci, inmediatamente hicieron reaccionar a los mercados (ver recuadro).
El presidente Lula, que tiene en Palocci a su más cercano colaborador, no se pronunció aún. El vicepresidente José Alencar dijo que el país tenía que estar atento al "denuncismo" y que se tenían que esperar las pruebas. "Tengo a Palocci como un hombre de bien porque, hasta que se pruebe lo contrario, cualquiera de nosotros es bueno, honesto y correcto", afirmó.
La denuncia fue formulada por Rogerio Buratti, quien fue asesor de Palocci cuando el ministro era alcalde, entre 1993 y 1996, y en un segundo período de mandato del 2001 al 2002, en Ribeirao Preto, una ciudad de medio millón de habitantes a unos 500 kilómetros al norte de San Pablo.
Buratti, quien desde los tiempos de la alcaldía se separó de Palocci, fue detenido el miércoles en Ribeirao Preto por la policía a pedido de fiscales que los investigan por delitos de fraude en licitaciones y lavado de dinero.
Ayer, al presentarse ante la fiscalía en San Pablo, Buratti afirmó que Palocci -quien dejó la alcaldía en diciembre del 2002 para asumir la cartera de Hacienda- cobró sobornos por unos 50.000 reales al mes (unos 21.700 dólares) cuando era alcalde, según narró el fiscal Sebastián Sergio da Silveira, quien escuchó el interrogatorio del ex asesor. Según el fiscal esos dineros fueron cobrados en el período 2001-2002 y eran enviados al entonces tesorero del Partido de los Trabajadores (PT), Delubio Soares.
Hasta ahora, Palocci estaba al margen del escándalo de financiamiento ilícito del PT desatado en junio. En esa fecha, un diputado afirmó que dirigentes del partido oficialista pagaron en los años 2003-2004 sobornos de unos 30.000 reales al mes (unos 13.000 dólares) a legisladores de la alianza oficial para garantizar que votaran a favor de los proyectos del gobierno.
El escándalo de los sobornos provocó el 16 de junio la renuncia del jefe de gabinete, José Dirceu, y a comienzos de julio de cuatro altos directivos del PT. La agrupación niega los sobornos, pero ha admitido que algunos de sus miembros incurrieron en actos ilegales al financiar campañas electorales del partido y de grupos aliados con dinero negro.
Marcos Valerio quiere cobrar
El publicista vinculado al PT y presuntamente encargado de distribuir los dineros ilícitos, Marcos Valerio De Souza, presentó una demanda judicial contra el partido de Lula para cobrar millonarias deudas.
"Estoy cobrando el débito de 55 millones de reales (22,4 millones de dólares), corregidos, por los contratos que cerramos nosotros", dijo a la agencia Reuters el publicista. Su abogado, Joao Manuel Martins, dijo que una de las notificaciones, en nombre de la empresa SMPB, es por más de 92 millones de reales en valores actualizados. Delúbio Soares ha reconocido que recibió préstamos de empresas de De Souza, pero dijo que los usó para pagar deudas de campañas políticas. El caso, que desató la peor crisis política desde que Lula asumió en enero del 2003, provocó la caída de la cúpula del partido y la del jefe de gabinete José Dirceu, así como una profunda reestructuración ministerial.
En una muestra de las pugnas internas que se han desatado en el PT a causa del escándalo, el presidente del partido destacó ayer la "responsabilidad política" que le cabe a José Dirceu por los actos de corrupción cometidos por militantes del PT. El presidente del partido, Tarso Genro, ratificó además que "no hay fundamento moral, ni jurídico, ni político" para un eventual juicio al presidente Lula, cuyo mandato culmina en enero del 2007.
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Antonio Palocci, tocado por el escándalo.
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