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 sábado, 20 de agosto de 2005  
Congreso de la Universidad Nacional del Litoral
La educación superior: ¿un bien público o mercancía global?
"Sobre este debate no hay neutralidad posible", dice el académico Marco Antonio Rodríguez Dias

Matías Loja

En el marco del congreso internacional "Educación superior y nuevas tecnologías", desarrollado en la Universidad Nacional del Litoral (UNL) entre el 10 y 12 de agosto, el destacado académico brasilero Marco Antonio Rodríguez Dias disertó sobre la disyuntiva actual en la que se encuentra la enseñanza superior entre ser considerada como bien público y social o como una mercancía más.

Consultor de la Universidad de las Naciones Unidas y ex jefe de la división de educación superior de la Unesco, Rodríguez Dias es un reconocido especialista internacional en materia de políticas educativas, asesorando inclusive a varias casas de altos de estudios de distintos países. "Hago esto seguramente para seguir en el sistema, pero no soy funcionario, soy un jubilado que intenta seguir activo", comenta al inicio de su conferencia, efectuada en el paraninfo de la UNL ante más de 400 personas, y en la que desarrolló, entre otras cuestiones, las perspectivas institucionales en lo referido a las políticas públicas y a la naturaleza en la universidad en su relación con la sociedad.

Asimismo, Rodríguez Dias, encargado del área sobre enseñanza superior de la Unesco durante casi 20 años (de 1981 a 1999), considera que su experiencia en el tema lo ha colocado en una posición de observación en la que, de manera casi inconsciente, busca entender el revés de la problemática. "Busco ver lo que está por detrás de lo que se dice", manifiesta en referencia a los intereses, económicos y políticos, que se tejen en materia educativa, y agrega que por esta razón "siempre hay por detrás de la utilización de las nuevas tecnologías una ideología. Los que hablan de que no hay ideología, que no son ideólogos, son los más ideólogos, porque sobre estos temas no hay neutralidad posible. Los que se dicen neutrales, en su gran mayoría están defendiendo los intereses de los que están con el poder".

"Es importante para los que trabajan en educación, y que quieren tener una visión global del tema, saber lo que está por detrás, lo que se hace, adonde se va a utilizar la tecnología, para qué, y cómo", señala el especialista internacional.


Debate mundial
Hace dos años, en junio de 2003, en la Conferencia Mundial de Educación Superior organizada por la Unesco se suscitó un arduo debate acerca de la consideración de la enseñanza como un bien público "global", lo cual despertó el rechazo de instituciones de distintas partes del mundo, por considerar que de esta manera se abría el camino a la mercantilización de la educación, que pasaría de ser regida por los estados soberanos a funcionar bajo la potestad de la "mano invisible" del mercado, es decir, como un producto comercial más.

De hecho, la noción de bien público global ya había sido tratada por el Banco Mundial en el documento "Construir sociedades del conocimiento: nuevos retos para la educación superior", de mediados de los •90.

"Esta discusión tiene ya muchos años. Hace casi una década atrás hubo grandes debates, en la comunidad académica y en las organizaciones internacionales, que culminaron con la publicación de dos documentos, uno por el Banco Mundial (enseñanza superior: las lecciones de la experiencia) y otro por la Unesco llamado "Políticas para el cambio y desarrollo en la educación superior", explica el académico brasilero, y agrega al respecto que "lo interesante es que los dos documentos partían de diagnósticos semejantes -problemas de financiación generalizados, diversificación de los programas, problemas de adaptación de los contenidos a las nuevas realidades mundiales, etc.- pero las conclusiones a las que se llegaron eran completamente distintas, porque la sociedad que querían construir los tecnócratas del Banco Mundial era diferente a la que se pensaba desde la Unesco".

A modo de ejemplo, Rodríguez Dias explica que en materia de financiamiento, los funcionarios del Banco Mundial estimulaban el cobro de aranceles, la inversión sólo en educación primaria y el apoyo a la enseñanza privada como un instrumento para reducir inversiones.

"Estas eran las conclusiones que defendían los funcionarios del Banco Mundial en sus documentos, y que estaban de acuerdo con lo que ha venido inmediatamente después del Consenso de Washington, que pensaba reducir la presencia del Estado en los gastos sociales, lo que en la educación se traducía en la reducción de inversiones, la aceptación de principios según los cuales la educación superior era vista como un billete comercial, y la reglamentación de los sistemas según los principios establecidos en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC)".

En efecto, la OMC incluyó en 1994 a la educación superior dentro de un paquete de servicios "comerciales", algo que ha sido motivo de una infinidad de documentos de repudio a esta medida por parte de varias instituciones universitarias del continente.

Otro concepto que mereció una extensa explicación por parte del especialista es la referida a la noción de pertinencia. "Ustedes pueden notar que hoy no se habla más de pertinencia. Se habla todo de calidad, pero: ¿qué calidad? Parece que se quiere matar la pertinencia", explica y reitera que "hay que ser muy claro, porque en estos temas no hay neutralidad. Se que lo que estoy diciendo aquí mucha gente piensa de manera totalmente diferente, y es natural. Pero no me vengan con estas cosas de neutralidad, porque no existe".

La alerta está dada, según el experto, porque "este bien público global alude esencialmente al producto educativo suministrado por proveedores internacionales cuyos destinatarios se encuentran en contextos sociales diversos, por lo el atributo de pertinencia, en el sentido asignado por Unesco, carece de contenido cuando se le pretende aplicar a dicho producto educativo. En otras palabras, se abandona totalmente la preocupación por el compromiso social de la universidad".

"El atributo de la pertinencia en materia de la educación superior carece de significado, ha sido negado, pues las demandas de la sociedades concretas han quedado sumergidas por una demanda única, que es la global", expresa Rodríguez Dias casi al finalizar su alocución y manifiesta que si bien esto puede parecer una cosa teórica o académica, en el sentido peyorativo, no lo es.

"Profundizar esta reflexión es fundamental para la comunidad universitaria. Si no se lo hace, se acaba imponiendo una concepción según la cual en la medida en que el comercio es el dominante en la definición de políticas públicas, la educación no será para todos, sino para los que puedan pagarla. No se respetará ni la cultura local ni serán tomadas en cuenta de manera prioritaria las necesidades nacionales y regionales, porque se venderán paquetes cerrados que no tienen en cuenta las culturas locales", puntualiza el consultor internacional.
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