|
domingo,
24 de
julio de
2005 |
Segundo alzamiento de jóvenes presos en una semana
Otro motín con un rehén puso
en vilo a la cárcel de Mendoza
Tres horas antes había asumido el nuevo director del penal. Unos 40 internos capturaron a un carcelero
Cuatro días después que un grupo de 40 jóvenes adultos se amotinara en la cárcel de Mendoza con un guardia de rehén y a sólo 3 horas de que haya asumido el nuevo director del conflictivo penal, otro grupo de internos capturo a un carcelero y se amotinó el mediodía de ayer. Una vez más, los reclamos de los internos se refieren a mejoras en las condiciones de alojamiento y a la ampliación de las visitas y de los recreos, según consta entre otros puntos en el petitorio que entregaron al flamante director, Omar Pérez Botti.
Todo se inició poco después de las 13 de ayer en el sector C del pabellón 10, contiguo al sector donde se produjo el alzamiento del martes (fue en el área D del mismo pabellón). Unos 40 internos capturaron al carcelero Rodrigo Barrios e inmediatamente hicieron conocer sus reclamos a los compañeros del rehén, a quienes entregaron un petitorio y exigieron la presencia de las autoridades para negociar, trámite que continuaba anoche.
Al respecto, colegas del diario Uno de Mendoza dijeron que las autoridades del penal habían asumido tres horas antes del hecho en medio de una polémica desatada tras el motín del martes. Es que el por entonces director, Sergio Miranda, sostuvo que actuó bien durante el alzamiento y pidió autorización a sus superiores para trasladar a los jóvenes rebelados a pabellones más seguros y aplicar un severo regimen de castigo. Sin embargo, la respuesta del ministerio de Justicia mendocino fue contundente: descabezó a la cúpula del Servicio Penitenciario y reemplazó a Miranda con Omar Pérez Botti.
El debút del nuevo director fue un nuevo motín. Los aproximadamente 40 internos que anoche mantenían al carcelero como rehén exigieron a las autoridades que se amplíe el regimen de visitas a dos por semana, que se gestione con la Dirección Provincial de Escuelas el dictado de clases dentro del penal, el no traslado a otras cárceles de los presos más conflictivos, la provisión de más elementos de recreación, además de colchones y frazadas, mejoras en la comida, y la agilización de los procesos judiciales como así también la gestión de los beneficios establecidos en la ley de ejecución penal.
El penal mendocino, conocido como Casa de Piedra, está considerado uno de los más conflictivos y peligrosos del país. Allí se hacinan unos 1.300 internos en lugares con capacidad para 600 y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos lo tiene bajo la lupa después que en 2004 se registrara una decena de muertes.
En el marco de reformas que el gobierno mendocino venía implementando, se construyeron un par de nuevos pabellones por fuera del muro de la cárcel. En esos edificios, divididos en cuatro sectores, se alojan los presos jóvenes adultos (de entre 18 y 21 años, como los amotinados el martes y ayer) que el ex director del penal quería trasladar a pabellones de máxima seguridad dentro del perímetro carcelario. Ahora, tras los dos alzamientos de la semana, habrá que ver que decisión política adopta el gobierno para dar respuesta a los reclamos de los presos.
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
Policías mendocinos custodiaban ayer el muro perimetral de la cárcel.
|
|
|