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 domingo, 24 de julio de 2005  
Opinión: El Gato Gaudio y su microclima

Alejandro Cachari / Ovación

En el microclima Gaudio todo es posible. "Quiero ganar el torneo porque me gusta mucho el Mercedes que hay de premio". La frase de Gastón llegó después de la segunda rueda del torneo de Stuttgart. Y para cualquier conocedor de las cuestiones que movilizan al Gato, es suficiente para considerar que muy probablemente alcance el objetivo.

Es cierto que esta mañana tendrá un obstáculo de lo más complicado: Rafael Nadal. Pero para los parámetros que rigen la vida del tenista de Adrogué, el mallorquín se transforma apenas en una anécdota. Así de sencillo. Así de ridículo.

Sus resultados y el tiempo demostraron que las chances de crecer o desbarrancarse trascienden los límites de la cancha. Gaudio no es sólo un gran tenista. Está repleto de componentes sorprendentes que lo pueden llevar a derrotar al mejor y caer con un amateur. Es capaz de ganar un partido perdido; o de perder otro ganado.

Puede partir la raqueta en mil pedazos después de una jugada sin demasiada importancia para el resultado o hacer un toquecito todo muñeca con el encordado roto como el que obsequió ayer en el último punto de su partido con el ruso Nicolay Davydenko.

Gaudio está en condiciones de ganarle a Nadal. Y lo potencia con su deseo de llevarse la cupé Mercedes que el año pasado le arrebató Guillermo Cañas en la final. Está incentivado. Le encontró la vuelta al torneo que está jugando para transformarlo en un objetivo. Y cuando se lo propone, es capaz de conseguirlo.

Como bien podría hacerlo en una superficie que no fuera el polvo de ladrillo. Sólo que no le interesa intentarlo. Tiene todos los atributos de los mejores del mundo, carece de una mentalidad ganadora estable que le permita incorporarse definitivamente al grupo de élite.

Muchas veces, la mayoría, su desidia termina por desdibujar la imagen de gran jugador. Del otro lado de la cancha resulta hartante observarlo cuando no quiere hacer lo que está haciendo. Pero es así. Y a decir por los resultados, tan mal no le fue.

Es probable que le gane a Nadal. Nadie debería sorprenderse si Gastón le corta la racha de 33 triunfos consecutivos en canchas lentas al español. Tampoco debería rasgarse las vestiduras si pierde por escándalo.

Es su forma de vivir y sentir el juego. El tenis es su hábitat, pero a veces parece que se transformara en un escenario hostil. El Mercedes puede ayudarlo.


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