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domingo,
24 de
julio de
2005 |
El Estado debe gastar más de la cuenta por juicios absurdos
Un juicio oral por el hurto de una botella de vermú, el presunto intento de robo de un corpiño o la supuesta falsedad de una moneda de 0,50 centavos ponen al Esado en gastos absurdos ya que, en la mayoría de los casos, con el valor del "objeto del delito" ni siquiera se paga la cartulina para confeccionar la carátula.
Los dos primeros ejemplos, conocidos en los últimos días (la mujer acusada por el supuesto intento de apoderamiento ilegal del portasenos fue absuelta), reavivó la polémica acerca de la necesidad de establecer fórmulas alternativas de solución de conflictos, entre ellas la mediación en los procesos penales.
La tendencia a la judicialización de cualquier diferendo llevó, inclusive, a casos en los que la Justicia federal debió tramitar una causa por presunta falsificación de una moneda que se inició a raíz de la intervención policial en una estación ferroviaria donde fue convocada por un boletero que creyó que no era de curso legal la moneda con la que un pasajero intentó pagar su pasaje.
En esta oportunidad, afortunadamente, el expediente no llegó a la etapa del debate oral y público pues el juez que la instruyó (Claudio Bonadío) tuvo el tino de disponer su archivo al recibirlo de sede policial y cuando ya había una media docena de fojas con diversas actuaciones, entre ellas algunos testimonios.
En el caso de la botella del aperitivo, cuyo costo oscila en los cinco pesos, la causa tramitó en sede de instrucción su autor fue procesado, el fiscal requirió que pase al Tribunal Oral y allí tres magistrados, un secretario, un fiscal y un defensor oficial tramitaron un juicio que culminó con una condena, en suspenso, a tres meses de prisión. (Télam)
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