|
domingo,
24 de
julio de
2005 |
Los estrenos bajo la lupa de Escenario
Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: Radha Mitchell, Wiull Ferrer y Chiwetwl Ejiofor. Dirección: Woody Allen. Género: Comedia / Drama. Duración: 100 minutos. Salas: Del Siglo, Monumental, Showcase y Village.
El nuevo filme de Woody Allen tiene el encanto que puede tener una buena charla de café, siempre y cuando se disfrute yendo al café. Es una película clásica, que sabe manejar un argumento que en manos más torpe hubiese sido imposible desarrollar efectivamente. Cuatro amigos están reunidos en un restaurante de Nueva York. Es una noche lluviosa que los hace sentir al resguardo en la mesa que se muestra bien servida. La conversación se presenta como un contraste entre dos dramaturgos. Uno escribe comedias exitosas y el otro, dramas a los que la gente les escapa. Los dos pretenden tener la visión correcta de la realidad. Un tercer amigo les cuenta parcialmente una historia y les pregunta cómo la desarrollarían. Así surge Melinda, una mujer que al parecer mató a su amante, pasó por un manicomio y fue destruida, judicialmente, por su ex esposo. Esa historia es contada desde dos puntos de vista: el dramático y el cómico. Allen ensambla ambas partes con perfección y el relato va pasando de un lado a otro manteniendo siempre el interés.
Radha Mitchell, la actriz que interpreta a Melinda, lleva adelante sin vacilaciones los dos desarrollos que tiene el personaje. Sin embargo, hay algunos momentos en que el drama realmente no se diferencia de la comedia, y entonces vale preguntarse si es un fallo de Allen o una declaración de principios: que la diferencia entre ambos géneros no se puede mantener de manera estricta.
Los diálogos son el corazón del filme. Una apuesta que Allen mantiene desde siempre y se valoriza cuando se advierte cómo el arte del diálogo se ha ido perdiendo en el cine estadounidense, quizás ganado por el alza de las comedias de televisión.
Aunque a veces fastidia el siempre incuestionable bienestar económico de los personajes, la película tienta con un estilo de vida consumista, haciendo pensar que la gente de Allen podrá sufrir un poco pero sí sabe cómo vivir, a pesar de que hayan salido recién de un manicomio. Basta ver el departamento de Melinda para comprobar que el estilo no se pierde por más que la razón haya naufragado y los dineros se hayan quedado en las arcas del marido vengativo
F.T.
enviar nota por e-mail
|
|
|