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miércoles,
20 de
julio de
2005 |
Pedagogía en
vacaciones
Las vacaciones escolares en nuestra sociedad consumista son sinónimo de espectáculos. La exhibición de especies silvestres que se realiza estos días en nuestra ciudad puede ser reconocida según mi opinión entre las últimas, por reducir la complejidad de la vida a una muestra figurativa de animales exóticos. Cuando el convulsionado universo terráqueo busca a tientas consolidar una lectura ecologista de la trama de la vida, esta singular exposición presenta animales en cautivero, desconectados de su hábitat. Enclaustrados en compartimientos estancos, extranjeros en un medio hostil, sólo ofrecen una información distorsionada, incoherente y asociasionista a quien decide visitar el lugar. Se exhiben seres a manera de objetos, despojándolos de sus peculiares características de adaptación a la naturaleza. Desde lo educativo se ofrece la vida desconectada de las condiciones que la posibilitan; desde lo exótico se denigra al hombre mercantilizando a las otras criaturas vivientes. Párrafo aparte merecen los funcionarios de la Municipalidad de Rosario que permiten la instalación de la exposición a pesar de estar expresamente prohibida por ordenanzas en vigencia. Tal vez sea necesario que un reptil abandone su prisión "de cristal" y abra sus fauces hambrientas de sol en el lugar donde se realiza la exhibición para que las autoridades adviertan que existen leyes de los hombres y de la naturaleza que no deben ser violadas. ¿Acaso los circos donde actúan animales no están prohibidos en nuestra ciudad? ¿Será entonces producto de un delirio colectivo el elefante perdido en el parque Independencia? Lamentablemente la verdad no es triste, solo que no tiene remedio. Pero el Poder Ejecutivo se empeña en borrar con el codo lo que se suscribió con la mano.
Rosalía Aurascoff
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