|
miércoles,
15 de
junio de
2005 |
Vacante en el gobierno. Barberis pegó un sorpresivo portazo en la Casa Gris
Molesto con Obeid,
renunció el ministro
coordinador provincial
El diálogo con el gobernador se había cortado y los conflictos con los gremios erosionaron su poder
Jorge Sansó de la Madrid / La Capital
Disgustado con su amigo de toda la vida, Jorge Obeid, y furioso con su par de Economía, Walter Agosto, el ministro coordinador, Julio Barberis, dio en la noche del lunes el portazo que lo convirtió en el protagonista de la séptima crisis de gabinete consecutiva que debe enfrentar el gobernador en apenas 18 meses de gestión.
La noticia que la Casa Gris no pudo preservar en secreto más allá del mediodía de ayer cuando se filtró a la prensa (presumiblemente producto de los mismos cortocircuitos que generaron la nueva defección en el elenco gubernamental) venía siendo demorada desde hace algo más de treinta días. Desde entonces sus allegados habrían conocido su intención y es por eso que ayer no se vieron sorprendidos.
Durante ese lapso, el renunciado ministro no encontró espacio para exponerle a Obeid su intención de abandonar el cargo, dado que las pocas veces que hablaron no habría mediado la oportunidad de discutir la cuestión. El diálogo entre ambos estaba virtualmente interrumpido y Barberis había dejado de ser uno de los dos hombres de confianza extrema y consulta constante del gobernador, función que quedó ahora únicamente en manos del diputado Ariel Dalla Fontana.
El principio del final
Hace aproximadamente un mes Barberis sintió que a su cartera le dieron el golpe de gracia cuando, al parecer en contra de su voluntad, lo despojaron de su segundo, Walter Gálvez, quien pasó a desempeñarse como viceministro de Gobierno para reforzar esa área convertida en un tembladeral por esos días.
Nunca había tenido el rol protagónico equiparable a una Jefatura de Gabinete con que al comienzo de mandato el mismo gobernador la había parangonado al comunicar su decisión de jerarquizar a la tradicional Secretaría General, Legal y Técnica de la Gobernación (que también fuera conducida por Barberis en el primer gobierno obeidista 1995-1999) transformándola en el Ministerio Coordinador. Con la ida de Gálvez se consolidaba en un cuartel de bomberos: exclusivamente dedicado a apagar los incendios. Sobre todo, de los conflictos sociales.
Peleas internas
Pero fue esta última función la que, luego de esmerilar al fragor de las llamas de los reclamos salariales de los empleados públicos, enfrentó a Barberis y a Agosto en un sórdido tironeo que terminó inclinándose del lado del ministro de Hacienda y con el primero fuera del gobierno.
Consciente del desgaste que le imprimió la discusión con cada sector, algunos extremadamente aguerridos como el docente, Barberis no pudo salvar su cabeza tras la última discusión paritaria con el gremio UPCN, que fuera además eficazmente bombardeada por la dirigencia de ATE que había sido dejada de lado en las conversaciones. Los acuerdos arribados entre Barberis y el líder de UPCN, Alberto Maguid, no terminaron con el malestar y los reclamos entre los empleados de algunas reparticiones de la administración pública.
Papel mojado
Al parecer y por lo que ha trascendido, lo firmado por el ministro coordinador poco y nada habría sido tenido en cuenta por el ministro de Hacienda a la hora de plasmarlos más allá del papel. Obeid y Barberis tuvieron finalmente un extenso mano a mano en la noche del lunes y acordaron que el último se iría pero que nada dirían todavía públicamente.
Ayer la filtración de la noticia sorprendió a ambos y al cierre de esta edición buscaban encontrarse para consensuar un discurso común que disimulase la pelea. Hasta entonces el principal interrogante de la jornada quedaba todavía sin responder. Barberis negoció con Maguid un acuerdo paritario que en los hechos, al menos en parte, no habría reconocido Agosto. Si esa negociación se hizo con el conocimiento del gobernador como hasta ahora se presuponía, ¿qué fue lo que hizo que Agosto ganara la pulseada?.
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
El funcionario saliente.
|
|
|