Alemania ganó con lo justo

Francfort.- La selección de Alemania salvó la inauguración de la Copa Confederaciones de fútbol con un apretado triunfo por 4-3 sobre Australia, pero dejó sembrada las dudas entre los 46.500 espectadores que abarrotaron el estadio de Fráncfort.

El partido correspondiente al Grupo A fue muy de ida y vuelta desde el vamos dado por el árbitro paraguayo Carlos Amarilla. La primera opción de gol la tuvo Bastian Schweinsteiger a los treinta segundos y los australianos un minuto después.

Sin alcanzar mayor nivel técnico por ambos lados, el protagonismo lo asumió la emoción con los cuatro goles que cayeron en apenas 14 minutos.

Abrió la cuenta Kevin Kuranyi a los 17 tras conectar en el área un pase de Arne Freidrich, con lo que todo parecía tomar su causa normal. Pero los australianos ni se tomaron tiempo para mostrar resignación.

Dos minutos después el central Robert Huth, uno de los puntos de inseguridad en la línea de fondo germana, derribó sin necesidad alguna al ágil John Aloisi. El tiro libre fue directo y Josip Skokolo encontró el hueco dejando sin opción a Oliver Kahn, portero que sigue siendo resistido por parte de la afición alemana, que ni siquiera respetó los 36 años que cumplía hoy y lo silbó en cuanto tomaba la pelota.

No pasaron 120 segundos cuando a los 23, el otro central alemán, Per Mertesacker, se anotó por primera vez en la lista de goleadores de la selección -hoy hizo su octavo partido- cuando aprovechó una falla de la defensa "aussi" y metió un derechazo imparable.

Otra vez el equipo dirigido por Frank Farina no se inmutó y contestó con lo que nadie de los 46.500 espectadores esperaba: una excelente combinación que terminó en pared entre Skoko y Aloisi volvió a demostrar las falencias de la defensa en el conjunto de Juergen Klinsmann y Aloisi definió para el empate temporal 2-2.

Alemania y su capitán Michael Ballack querían dar vuelta el partido, sentían la incredulidad que bajaba desde las gradas y se reflejaba en la cara de estupor de Klinsmann en el banquillo, y la segunda etapa el conjunto anfitrión se lanzó como un torbellino, con un mejor despliegue desde las bandas, con Bernd Schneider por derecha y el venenoso Schweinsteiger.

La presión de tradujo en un penal, que convirtió a los 67', con la jerarquía de siempre, Ballack. Fue la única decisión dudosa del árbitro paraguayo, al cobrar una falta por supuesto foul contra Friedrich, uno de los mejores en el conjunto alemán.

Con la efímera ventaja a su favor, Alemania se replegó, e hizo lo justo para llevarse la victoria. La supuesta tranquilidad vino al minuto 88 cuando el juvenil Lukas Podolski definió para el 4-2. Pero apenas un minuto después volvió la emoción, cuando descontó nuevamente Aloisi.

La victoria le resultó a Alemania mucho más forzada que lo imaginado y abre interrogantes sobre el autoimpuesto favoritismo para llevarse el trofeo. (DPA)