Básquet: Ginóbili hizo muy poco y San Antonio perdió

El bahiense apenas anotó siete tantos ante Detroit Pistons

Detroit Pistons demostró anoche por qué es el actual campeón de la NBA. En el tercer juego de la serie decisiva por el título, los dirigidos por Larry Brown terminaron ganando por un cómodo 96 a 79 y ahora están a solamente un partido de San Antonio.

La victoria de los Pistons no admite discusiones porque a lo largo de los cuarenta y ocho minutos fueron el mejor de los dos, pero también es cierto que para que ello se concretara tuvo mucho que ver la opaca tarea de Emanuel Ginóbili, que estuvo muy lejos de las anteriores.

Prácticamente de entrada, San Antonio sufrió la salida de Ginóbili, que estuvo seis minutos fuera del terreno por una paralítica. Sin dudas, Detroit intentó hacer pesar su localía y salió a demostrar que todavía no estaba muerto. Con una muy buena tarea defensiva de Ben Wallace los de Larry Brown lograron sacar una pequeña diferencia y parecía que, al menos en el parcial, no iban a tener inconvenientes.

Pero como ocurrió en el primer partido de la serie, los Spurs fueron apareciendo de a poco y terminaron arriba por 27-21, aún con el escaso aporte del escolta bahiense.

El segundo cuarto fue más duro por los Pistons se pusieron más agresivos y no dudaron en marcar a presión ni tampoco tuvieron empacho en apelar a la falta violenta.

Sin dudas, el blanco preferido de los locales fue Ginóbili, que no llegó a recuperarse del encontronazo del inicio del juego y por eso, después de 14 minutos de juego, apenas estuvo 13 en cancha con solamente cuatro puntos, pero a pesar de la ausencia del bahiense, los Spurs se las ingeniaron para cerrar el segundo parcial 42-41.

El 70-65 con el que finalizó el tercer cuarto en favor de los Pistons, fue más producto de los errores cometidos por los dirigidos por Gregg Popovich, que por las virtudes de los locales, que tuvieron a Richard Hamilton como abanderado en la búsqueda de una victoria que les permitiera achicar la diferencia en la serie final.

El último parcial no hizo más que mostrar a un Detroit Pistons decidido a estirar la serie y a ahogar defensivamente a los Spurs, que tuvieron un cierre para el olvido, porque nunca aparecieron como equipo y además permitieron que su rival manejara el partido a su antojo.

El bahiense no tuvo una buena noche.