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miércoles,
15 de
junio de
2005 |
La Alemania de Klinsmann
tiene su primer desafío
A la selección alemana y el proyecto de modernización lanzado hace un año por el entrenador, Jürgen Klinsmann, le llegó la prueba de fuego en un torneo importante, aunque ante un rival al que se tiende a subestimar: Australia.
Atrás quedaron once meses en los que Alemania solo disputó amistosos (no juega las eliminatorias al Mundial 2006 porque es el país anfitrión) y en los que Klinsmann pudo hacer y deshacer a su antojo.
Renovó el equipo, trajo a nuevos y hasta desconocidos valores, desafió a los funcionarios, implantó una nueva y moderna metodología de trabajo y fijó sus objetivos: quiere ser campeón mundial y, antes, ganar la Copa Confederaciones.
Klinsmann no dio el equipo pero apuesta a la juventud, como los veinteañeros, el delantero Lucas Podolski y el volante Bastian Schweinsteiger. En el fondo estarán tres jugadores con menos de 7 partidos internacionales: Per Mertesacker, Patrick Owomoyela y Thomas Hitzlsperger, junto a Arne Friedrich, que tiene 27 encuentros.
En la zona de creación estará el juvenil Schweinsteiger, junto a uno de los dos puntales de la nueva selección: Michael Ballack. El otro, el arquero Oliver Kahn, no tiene asegurado el puesto que peleará con Jens Lehmann.
Australia, por su parte, sabe que llega como convidado y sin Harry Kewell, de Liverpool, y los jugadores de Parma Marco Bresciano y Vince Grella. Pero igual el técnico Frank Farina dio muestras de confianza: en vez de reconocer el nuevo estadio y realizar la última práctica, canceló y mandó a todos a dormir.
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