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miércoles,
15 de
junio de
2005 |
El suelo se sigue moviendo en Chile tras el terremoto
Un nuevo temblor de 4,9 grados de magnitud en la escala de Richter afectó ayer la zona central de Chile, pocas horas después del terremoto que anteanoche produjo la muerte a 12 personas y lesiones a casi 150 en el norte del país.
El nuevo movimiento telúrico se registró a las 12.30 horas (13.30 hora de la Argentina) y se sintió en una extensa zona que abarca a Santiago y las regiones de Coquimbo, Valparaíso y del Libertador Bernardo O'Higgins.
Reportes procedentes de Valparaíso indicaron que se presentaron escenas de pánico debido a la reciente tragedia ocurrida en la zona norte.
Un informe del Servicio Sismológico de la Universidad de Chile señala que el temblor de ayer se originó a una profundidad de 30,7 kilómetros, a 40 kilómetros al norte de Valparaíso.
Sin embargo, expertos indicaron que el movimiento telúrico no tiene relación con el sismo de anteayer, ya que entre las dos zonas afectadas hay más de 2.000 kilómetros de distancia.
El terremoto del lunes último, de 7,9 grados en la escala de Richter, afectó principalmente a la región de Tarapacá, aunque también se sintió con fuerza en las regiones de Antofagasta y Atacama.
El epicentro fue ubicado a 115 kilómetros al norte de la ciudad de Iquique, a 111 kilómetros de profundidad, en una zona montañosa de la frontera entre Chile y Bolivia. El vicepresidente y ministro del Interior, Francisco Vidal, comentó que los organismos de socorro han confirmado la muerte de 11 personas, aunque medios de prensa señalan que falta sumar otra víctima que no ha sido identificada.
Asimismo, las autoridades han reportado casi 150 lesionados de diversa consideración, así como grandes daños materiales en pequeñas poblaciones de la provincia de Iquique, en Tarapacá.
Vidal se desplazó a la zona afectada con varios ministros, a fin de coordinar las tareas de socorro. Desde Santiago fue enviado un avión de la Fuerza Aérea con 15 toneladas de ayuda. Según se informó, los principales daños se produjeron en la población de Huara, de casi 2.000 habitantes y a 75 kilómetros de Iquique, donde más de la mitad de las casas, construidas en adobe, se desplomaron. Los damnificados fueron albergados en una escuela, pero soportaban dificultades por la falta de agua y electricidad. (DPA)
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