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miércoles,
15 de
junio de
2005 |
¿De qué nos vale?
De qué nos vale tener los cinturones puestos y el airbag si también podemos morir degollados dentro de nuestro automóvil. Esto es casi inevitable si nos topamos por detrás con algún camión. No se puede creer que en este tiempo esos enormes vehículos todavía tengan paragolpes "sostenidos con bisagras y dos tornillos". No hay que tener mucha imaginación para saber que si lo chocamos nuestro coche pasará de largo por debajo de la caja del camión y sólo se detendrá contra los ejes traseros. El pasado martes, nuevamente tuvimos que lamentar dos víctimas fatales en la Panamericana (Buenos Aires) por estas circunstancias. Desde hace años he insistido con este tema a la institución Luchemos por la Vida y ahora lo hago por este medio: resulta urgente una ley nacional que exija a todos estos vehículos de gran porte (más altos que los coches) que estén equipados con paragolpes traseros con sistema de amortiguación (hidráulica, etcétera), para que un impacto no permita avanzar hasta los ejes. Con el costo que poseen esas unidades, esto no cambiaría demasiado su valor si ya vienen de fábrica. Hoy por hoy, debemos conducir a la defensiva, ya que las rutas están en mal estado, sin señales ni marcación en muchos casos y los puentes suelen ser angostos. Por suerte, el tema de las luces encendidas se está imponiendo, aunque muchos todavía lo hacen con luces de estacionamiento y esas no sirven. No son para ver o para adorno, sino para que seamos vistos.
Miguel A. Aragón, LE 6.542.962
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