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domingo,
12 de
junio de
2005 |
El viaje del lector: hacia el Africa negra
El actual Zimbabwe (ex Rhodesia del Sur) estuvo poblado desde muy antiguo por distintos pueblos, entre ellos el Ndebele y el Shona. El grupo Shona, actualmente el más numeroso del país, formó el Gran Reino de Zimbabwe. Más tarde el país fue visitado por portugueses, árabes e ingleses. Fue Cecil Jhon Rhodes el gran explorador y colonizador al servicio de la corona británica quien le dio el nombre a la región: Rhodesia del Sur (Zimbabwe) y Rhodesia del Norte (Zambia). Al independizarse cambia su nombre por Zimbabwe y asume la presidencia Robert Mugave, quien aún se conserva en el poder desde hace 20 años.
El vuelo 702 de British Airways cumplió el trayecto entre Johannesburgo y Harare en 1 hora y media. Ya en plena carretera hacia la ciudad un cartel me dio la bienvenida: "Zimbabwe independiente desde 1985".
Mi alojamiento fue en la Hillside Road Nº 91, una casona en decadencia que tal vez haya tenido un gran esplendor. Su dueña mostraba en su fisonomía y movimiento la herencia de la vieja Escocia. Comencé el recorrido por sus grandes avenidas como la Moyo Street, Takawiera Street y Lobengula Street donde alternan las viejas fachadas de influencia británica con edificios modernos de cemento, hierro y vidrio.
En sus calles es imposible ver gente blanca, ya que en los últimos años, Robert Mugave en su política de expropiación de tierras de los granjeros blancos confiscó al poco porcentaje de blancos sus propias viviendas.
La villa de Chapongu con sus bonitos talleres de cerámica me acercó a la exquisitez de este pueblo del Africa Negra, sus figuras muestran impalas, rinocerontes, elefantes y cebras.
Harare, antes denominada Salisbrery, es el centro político, económico y cultural del país. En la estación central de trenes tomé por la noche el expreso a Bulawayo distante a 500 Km. de Harare. La vía está electrificada hasta Gweru y desde allí a Bulawayo la máquina es impulsada con motor diesel. Pocos blancos en el tren, largo por cierto, pero bastante cómodo en los coches denominados Sleeper.
Bulawayo es la segunda ciudad del país, capital de la región de Matabeland, es llamada Ciudad de Reyes. De calles limpias y espaciosas muestra una rica arquitectura victoriana que combina armoniosamente con modernos edificios. Comencé el recorrido por la plaza del municipio, la Galería Nacional y el bonito Parque Centenario donde se sitúa el Museo de Ciencias Naturales e Historia como uno de los más importantes del país. Al día siguiente tuve una excursión al Parque Nacional de Matopos donde sólo pude ver impalas, cebras y rinocerontes. Al final de la excursión una exposición de fotografías me informó aún más sobre la vida de Cecil Yhon Rhods, atrás su tumba y la de alguno de sus más fieles colaboradores.
Nuevamente tomé el tren pero esta vez en dirección a Victoria Falls. Me alojé en la calle Gibson Nº 210 y comencé el recorrido en estas espectaculares cataratas donde el río Zambeze se precipita en un profundo cañón arrojando 454 millones de metros cúbicos de agua por minuto. Sus nubes de rocío permiten mantener un interesante bosque tropical y gran cantidad de monos se interponen a los pasos del turista.
Después de un agotador viaje combinando autobús y tren llegué a Mutare, antes Umtali, en las tierras altas de Zimbabwe con importante comunicación con Beira, la segunda ciudad de Mozambique. Es una bella ciudad rodeada de verdes montañas, de campos, y arboladas avenidas y de clima templado. Caminar por ella me permitió ver enormes fincas de ricos zimbabwenses rodeadas de exuberante vegetación. Aquella noche dormí en una hermosa casa cuya dueña blanca tenía herencia inglesa y sudafricana. Esos 15 días vividos en Zimbabwe más el tiempo recorriendo Mozambique me permitieron comprobar que Africa es mucho más que impalas, rinocerontes y cebras.
Omar Ciná. (Ganador de esta semana)
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