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domingo,
12 de
junio de
2005 |
Imperdible
Diamante telepático
Más allá de toda sinergia artística, la literatura debe saber ubicarse en un contexto cronológico-espacial específico. De alguna manera, Jack Kerouac irrumpe con la forma escrituraria norteamericana del siglo 20, su legado nos avasalla. El máximo referente de la generación beat posee una vasta obra condicionada por la inmediatez de sus recuerdos. "Big Sur" de Kerouac permite sumergirnos en la conclusión certera del delirio, la apreciación humana, los recovecos intersticiales de la furia y la dulzura. La precisión sintáctica de su estructura novelística atraviesa estadios gozosos , interponiéndose la prosa poética a la lucidez de un relato contundente. "Big Sur", definido como un capítulo más de la gran obra que el mismo Kerouac denominara "La leyenda de Duluoz", enmarca la validez forzosa por no perecer. Bien podría calificarse como lo hubiera hecho en su momento Allen Ginsberg, la obra de Kerouac es un diamante telepático.
Fabricio Simeoni es poeta.
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