|
domingo,
12 de
junio de
2005 |
City tour. Tiene 375 industrias y es el segundo polo exportador de Santa Fe
Rafaela es la ciudad sensación de la
provincia y su modelo despierta elogios
El campo ayuda, pero la bonanza se basa en el desarrollo fabril que impulsaron hace décadas empresarios locales
Adrián Gerber / La Capital
El conductor del deslumbrante Mercedes Benz C220 gris metalizado toma el céntrico bulevar Santa Fe, de repente aminora la marcha, baja la ventanilla y saluda a un ciclista vestido con overol: "¿Qué hacés Ricardo?, después nos vemos en la fábrica". Imágenes como ésta son de lo más habitual en Rafaela. Es que los dueños de las grandes empresas locales siguen viviendo en esta pequeña pero poderosa ciudad. Sus casas están en barrios muy cuidados, pero para nada ostentosos. Y todos los días bien a la mañana van a sus fábricas como sus empleados, a quienes conocen de años no sólo del ámbito laboral, sino también de la escuela, el club, la vida cotidiana. Es tal la familiaridad que se respira que hasta la gente que se ofrece para trabajar se anuncia en los clasificados de los dos diarios locales con su nombre y apellido.
"Esta es una ciudad chica, todos nos conocemos y todos vivimos más o menos igual, así que no se siente envidia o esas cosas. La gran satisfacción de dirigir a Williner es ir por la calle y que los vecinos y empleados me saluden y me respeten", dijo días atrás a un medio periodístico Alfredo Curiotti, titular de esta industria láctea que produce la marca Ilolay y que tiene 1.000 empleados.
Rafaela se convirtió en un caso exitoso de desarrollo local que está siendo observado muy de cerca por funcionarios nacionales y estudiado por distintas universidades y consultoras. Muestra indicadores sociales y económicos muy superiores a la media del país. Tiene una intensa actividad agropecuaria y es centro de una de las cuencas lecheras más importantes de Latinoamérica. Gran parte de los 5.000 tambos que hay en la provincia forman parte del paisaje de esta región.
Si bien el ascenso de esta ciudad se potenció en los últimos años por la bonanza del campo, esto por sí solo no explica el boom. La base más sólida de su sostenido crecimiento se centra en los emprendimientos industriales que fueron levantados hace décadas y que actualmente absorben el 25 por ciento de población ocupada de Rafaela. Aquí están radicadas 375 industrias (principalmente autopartistas y alimenticias), 80 de las cuales venden anualmente al exterior 200 millones de dólares, lo que posiciona a la ciudad como el segundo polo exportador de la provincia.
Y los propietarios de esas pequeñas, medianas y grandes firmas son hijos o nietos de sus fundadores, que en lugar de desertar vendiendo sus fábricas para vivir de rentas -como lo hizo en la década del 90 una parte importante de la clase empresaria argentina- se mantuvieron al frente de sus compañías e intentaron hacerlas crecer buscando mercados en el mundo.
"Hay sólo tres firmas industriales que no pertenecen a capitales rafaelinos, el resto son todas de familias de la ciudad. Un empresario de Rafaela lo definió diciendo que no iba a vender su fábrica porque no quería convertir los lunes en domingos. Y eso marca mucho, habla de la cultura del trabajo que hay en esta comunidad", subraya el intendente justicialista, Omar Perotti.
Por eso, nada de lo que sucede en Rafaela es producto de algún milagro. Cuando una ciudad planifica a futuro más allá de las diferencias partidarias, cuando el sector público y privado confluyen sus energías en un mismo sentido, cuando se desarrolla una economía diversificada y cuando la sociedad muestra esfuerzo, capacidad e inteligencia, los resultados tarde o temprano se empiezan a dar.
También es un modelo de desarrollo que se apoya en una sólida oferta educativa: una parte importante de los recursos humanos que necesita el entramado productivo se forma en la ciudad, donde se destacan las escuelas técnicas, centros del Inta y del Inti, y 4 universidades, entre ellas la sede regional de la Tecnológica (UTN).
Así, no es casual que la llamada Perla del Oeste, con sólo 82 mil habitantes, sea hoy una de las ciudades con más crecimiento y posea la tasa de natalidad empresaria más alta del país. Su protagonismo también se proyecta a nivel nacional: el empresario local José Luis Basso es vicepresidente de la Unión Industrial Argentina y el jurista rafaelino Ricardo Lorenzetti es ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Y si se dice que los rosarinos son muy chauvinistas, los rafaelinos no se quedan atrás. Esta es una ciudad con personalidad propia y el sentido de pertenencia es muy fuerte. "Cuando escuchamos que alguien de Rafaela trasciende las fronteras se nos pone la piel de gallina", admite una joven mientras mira la vidriera de la céntrica disquería El Tren, la misma que resistió el desembarco de la poderosa Musimundo, que finalmente se tuvo que ir de esta plaza derrotada por las bajas ventas. "Es que la gente prefiere comprar en los comercios locales", agrega la adolescente que luce en una carpeta la calcomanía de Ben Hur, el club de moda.
Porque en una sociedad una cosa contagia a la otra y se genera el llamado círculo virtuoso. Si no, ¿cómo se explica que Rafaela también esté trascendiendo como nunca a nivel nacional en el ámbito deportivo? Ben Hur acaba de coronarse campeón de la liga nacional de básquet al ganarle a Boca y además en fútbol ascendió al Nacional B. El Atlético de Rafaela justamente compite en el Nacional B con posibilidades de subir a la mayor división y el 9 de Julio ganó el Argentino B y pasó al Argentino A.
Pero es el automovilismo el deporte con el cual históricamente se la identificó. En su circuito, el más veloz del país y que en 1971 recibió a las máquinas de Indianápolis, se disputará justamente hoy el Turismo Carretera con récord de público ( 50.000 personas) y en septiembre se celebrará el TC2000 que es aún más convocante.
El titular del Centro Comercial e Industrial, Roberto Lencioni, sintetiza las razones del fenómeno Rafaela: "Acá no hay magia ni secretos. Puede haber algo de marketing, pero el resto es todo trabajo, trabajo y mucho espíritu emprendedor. Algunos consideran que Rafaela es una isla, pero tenemos los mismos problemas de todas las ciudades. Lo que pasa es que aquí desde hace muchos años hay toda una tradición en cuanto a la cultura del esfuerzo".
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
Una flotilla de modernos minibuses presta el servicio de transporte.
|
|
|