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domingo,
12 de
junio de
2005 |
Día del Padre, una fecha clave para la visita
Ese domingo se cruzarán santafesinos y rosarinos. Una pelea en la calle podría repercutir dentro del penal
"Un gran error que se está por cometer es juntar las visitas el Día del Padre". La frase de uno de los internos de Coronda echó por tierra todos los fundamentos positivos escuchados sobre la unificación en un solo día de los visitantes rosarinos y santafesinos después de dos meses de ocurrida la masacre. Sobre todo porque el esquema que se implementará nació de un pedido de los mismos detenidos. "Las visitas no se quieren juntar porque tienen miedo. Hay que seguir como hasta ahora, un grupo los sábados y otro los domingos hasta que todo se enfríe", confió el interno. "Si la visita se agarra afuera, acá va a retumbar todo y va a haber una matanza que nadie va a parar", sentenció el hombre.
La última vez que los familiares de los 1.244 presos del presidio corondino se vieron las caras en la fila de ingreso fue el 10 de abril, un día antes de la masacre. Ese día, según coinciden varios internos, algo pasó en el patio de visitas -ubicado frente al pabellón 3- que marcó el destino de la población del penal. Algunos dicen que fue la muerte del santafesino Eduardo "Pajarito" Verón en el pabellón 12. También se habla del abuso sexual contra un familiar de los santafesinos y otros que se trató de un robo lo que colmó el vaso.
"Queremos apurar un poco la situación y el próximo domingo 19 quisiéramos que todos reciban visitas. Con una variante, hasta el 11 de abril se las recibía en un patio central y ahora se hará en el patio de cada pabellón", explicó el interventor .
¿Están dadas las condiciones para ese día? Un gran porcentaje de los internos y los cuadros operativos del Servicio Penitenciario piensan que sí. Y lo fundamentan en que el pedido nació de los propios internos. "Hoy nadie en la cárcel tiene deseo de que vuelva a pasar lo del 11 de abril", explicó el cordobés Carlos Priotti con 12 años dentro de la Unidad 1. "Hay un consenso dentro de la población para que esto no vuelva a pasar y por eso pedimos la visita conjunta", sintetizó.
Pero algunos presos temen que los roces de la visita fuera del penal sea el detonante de otra barbarie. "Lo que pasa es que como la cárcel está intervenida, es todo política. Quieren decirle al gobernador: «Señor, la casa está ordenada». Pero ojo, que si llega a pasar algo afuera, acá no lo para nadie. Va a haber una masacre más grande", explicó Priotti.
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