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domingo,
12 de
junio de
2005 |
Editorial
Oportunidad para los políticos
La campaña electoral ya está en marcha. La dirigencia política tiene que dar signos de madurez y responsabilidad que la reconcilien con la sociedad. Los agravios y la falta de proyectos deben ser desterrados de escena. Se impone un debate serio y profundo que contribuya a sostener y profundizar el crecimiento que han mostrado en los últimos años toda la región.
Los dirigentes políticos de Santa Fe tienen por delante una oportunidad inmejorable para reivindicarse con la ciudadanía. La campaña para las internas abiertas y, posteriormente, la elección de diputados y concejales, es un momento inmejorable para que un debate serio y responsable abarque a los temas prioritarios para el desarrollo de la provincia.
Ahora ya no podrán ampararse en la cuestionada Ley de Lemas, en la proliferación obscena de candidatos ni en las mesas tapadas por distintas boletas que confundían a los electores para disimular la falta de ideas. En la nueva ley electoral, es cierto, aún persisten aspectos que pueden y deben perfeccionarse. Pero al menos no tiene el rechazo masivo de la sociedad, que por efecto traslativo golpeaba también a los candidatos.
Ya sin ese lastre, los dirigentes tienen que optar. Pueden transitar por un sendero corto y sencillo, o -aunque resulte más complicado llegar- por otro que al final contribuya a hacer una provincia más grande y a paliar las carencias de miles de santafesinos.
Si optan por el primero, la chicana política y los golpes de efecto -tan llamativos como efímeros- abundarán en la campaña. Si eligen el segundo camino, no sólo podrán conquistar el favor popular sino también ganar en credibilidad y responsabilidad social.
La provincia en general, y Rosario con mucho más fuerza, vienen creciendo a ritmo sostenido. Por eso es necesario que se debatan temas cruciales para sostener y profundizar el despegue actual, encontrar las mejores alternativas y plantear respuestas a las muchas problemas que aún persisten.
Muchos políticos santafesinos han demostrado tener capacidad de gestión y otros han trabajado a conciencia desde sus bancas. Algunos, en cambio, siguen aferrados a una forma de hacer política que está muy lejos del interés general. Es de esperar que el fragor de la campaña no se devore las ideas ni las iniciativas. Y que los agravios no desplacen a las propuestas.
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