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domingo,
12 de
junio de
2005 |
La paja en
el ojo ajeno
Carlos Duclós / La Capital
El escaso o nulo conocimiento del liderazgo político argentino sobre las necesidades y anhelos de la población o la indiferencia ante estos deseos es ciertamente proverbial. Hace escasas horas el ex intendente de Rosario y candidato a diputado nacional por el Frente Progresista, Hermes Binner, se despachó con que en Santa Fe hay un gran nepotismo y ejemplificó con el hecho de que "el presidente de la Corte Suprema de Justicia es el primo del ex gobernador Reutemann". Las declaraciones de Binner no fueron muy felices porque están desencajadas de lo que reclama la sociedad de los dirigentes políticos: más proyectos y propuestas para mitigar tantas angustias. Si algo funciona en la provincia y funciona bien dentro de los escasos recursos de todo tipo con que cuenta es el Poder Judicial y no puede decirse con fundamento serio que Reutemann y la Legislatura hayan errado en la designación de los ministros de la Corte, menos en quien reviste una larga trayectoria en el Poder Judicial santafesino. Las palabras de Binner, por lo demás, pueden calificarse de error táctico y estratégico porque no tuvo en cuenta que con ellas se expuso a la réplica fundamentada por parte de Laura Venecia, quien recordó que el socialismo popular impuso en la Municipalidad de Rosario un régimen de parientes. Aun así, la reacción del peronismo fue bastante prudente y parecería que prefiere no apelar a la confrontación dialéctica. Binner no parece estar encarando la campaña con aquellas bondades que requiere una sociedad agobiada por faltantes de todo tipo. Los dirigentes del PJ siguen por estas horas ensimismados en elaborar la lista de candidatos a diputados nacionales y esperarán tal vez la oportunidad apropiada para poner en su sitio a un adversario que por ahora no encuentra demasiadas réplicas ¿Las habrá? Acaso no con la virulencia de otros tiempos y tal vez porque el PJ haya aprendido que el electorado está harto de métodos que conllevan la agresión mutua. Pero no es de esperar que el silencio impere para siempre. Por de pronto un medido, honesto pero agudo dirigente del PJ, recordando a Perón, advirtió que todo debe hacerse en su medida y armoniosamente. Pronunciada la frase que inmortalizara su jefe, sacó una carpeta bien guardada en cuya primera hoja podía leerse el famoso "árbol genealógico" del socialismo durante la intendencia de Hermes Binner y que en su momento causó un gran revuelo público luego de haber sido publicado por este diario. El hombre recordó que la esposa de Binner era directora de Arquitectura Hospitalaria y así siguió enumerando otros tres cargos y puestos ocupados por sus familiares. También el entonces secretario general y hoy diputado provincial, Antonio Bonfatti, tenía dos allegados designados; el actual senador nacional, Rubén Giustiniani, nada menos que siete parientes ; el intendente Lifschitz, tres, y así sucesivamente. Finalmente el dirigente, aliviado ante semejante y contundente realidad, con una mirada complacida se bajó del árbol genealógico socialista para subirse a lo alto de la cita evangélica: "No es correcto ver la paja en el ojo ajeno y no la viga que está en el propio", dijo, mientras terminaba su café. Entre calificaciones de distinta naturaleza intercambiadas con propios y extraños marcha la campaña del Frente en donde no faltan ni los piñones fijos ni edecanes. ¿Y de propuestas y proyectos cuándo se habla? Eso es un poco más difícil, le cuesta mucho al dirigente político elaborar planes que contemplen el amparo y crecimiento del ser humano en toda su magnitud. Le resulta mucho más difícil aún poner en acción medidas que cumplan con tal propósito. Los ejemplos están a la vista pero es mejor no repasarlos y creer que al fin, en algún momento, sobrevendrá un cambio.
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