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domingo,
12 de
junio de
2005 |
La aventura del agua en los países latinoamericanos
El titular de la Asamblea por los Derechos Sociales relevó las fórmulas para el servicio en distintos países
Claudio Berón / La Capital
¿Como se resuelve la situación del acceso al agua en otros países de América y que función tiene la ciudadanía? Esta pregunta, con todas las respuestas que tiene, se la hizo el titular de la Asamblea por los Derechos Sociales (ADS), Aníbal Faccendini, quien desde hace cuatro años prepara su doctorado en Derecho Público y tomó la problemática del agua como su tesis doctoral. Con esa duda el abogado tomó sus libros y estuvo 15 días relevando datos y haciendo entrevistas en profundidad en Colombia, Panamá y México. Trajo números, ideas y otras dudas.
"En otros países hay sistemas diversificados de acceso al agua: privados, mixtos y concedentes. En Panamá es mixto, en México hay un poder concedente y en Colombia es municipal en las principales ciudades pero con una diferencia, existen centros de control y desarrollo social, especies de vecinales, que los controlan", afirmó.
El especialista sacó una primera conclusión: "A ningún Estado le interesa tener una representación ciudadana efectiva en los entes o empresas que dan el servicio", y aseguró que, en el caso de nuestro país, "no existe un solo ente regulador en el que los usuarios estén representados como corresponde, no de manera decorativa". Aunque "la Constitución es clara" al establecer que la participación de los usuarios "debe ser necesaria y prevaleciente", en la práctica estas organizaciones "son apenas consultadas".
En su recorrida estuvo en tres países muy distintos. Panamá, un territorio pequeño con una fuerte concentración en la capital de la república, la ciudad de Panamá, que abastece a unos 2 millones de habitantes que se maneja con un sistema "promiscuo y mixto", según dijo Faccendini.
En México existe un sistema mixto, en el cual el poder concedente lo tiene el Estado municipal y funciona un organismo que regula el agua en todo el país, la Comisión Nacional del Agua, pero es muy cuestionada por la ciudadanía.
Por último, Colombia impactó a Faccendini. "En este país las experiencias son novedosas porque existe una legislación que plantea un contralor a las empresas del agua".
En Bogotá, una ciudad con 7 millones de habitantes, se manejan empresas estatales municipales. "Igual sucede en Medellín y Cali", dijo, aunque comentó en la zona del Caribe hay grupos empresarios también integrados al servicio.
En Panamá, en cambio, se contó "con algo muy particular" ya que si por un lado "es un sistema tradicional como en Chile, donde el poder concedente es del Estado", por otra parte "en la ciudad el agua la ofrece una empresa y en la zona turística, sobre todo de los hoteles, los privados se hacen cargo y luego el Estado les concede la prestación". Se llega a un punto "en que los mismos hoteles tienen piletas para potabilización, esto hace el sistema mixto", sintetizó.
Para él la provisión y calidad del agua es buena en Panamá, pero no así en los otros países visitados.
México tiene 107 millones de habitantes, gran parte en la zona rural. La calidad del agua en este país no es la mejor. "En el Distrito Federal, una ciudad con 18 millones de habitantes, se sacó históricamente el agua de lagos cercanos y de las napas, pero están contaminadas, con lo cual el agua no es potable. Del grifo sólo sale agua para riego y aseo personal, pero no es tomable y la diferencia social marca el acceso o no al servicio", asestó el dirigente social.
Faccendini sabe que "en todos los lugares se cobra el agua, nunca se genera la gratuidad del servicio. La diferencia es que el agua es tarifa y no precio. En Santa Fe llegó a haber miles de cortes por falta de pago. El agua es un derecho social básico", concluyó el especialista.
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Fotos
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El abogado Aníbal Faccendini.
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