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domingo,
12 de
junio de
2005 |
Entre el amor y el odio
Fetiche, actor predilecto, amigo y enemigo. Todo eso fue para Werner Herzog el actor Klaus Kinski, con quien lo unió el cine, y una tortuosa relación de amor y odio. Una relación que también se refleja en la muestra de Beat Presser a través de la proyección del documental "Mi enemigo íntimo".
"Herzog es un individuo miserable, rencoroso, envidioso, apestoso a ambición y codicia, maligno, sádico, traidor, chantajista, cobarde y farsante. Su supuesto talento consiste únicamente en torturar a criaturas indefensas y, si hace falta, matarlas de cansancio y asesinarlas", se refiere Kinski al director en su autobiografía "Yo necesito amor".
Kinski participó de las producciones más sobresalientes de Herzog: "Aguirre, la ira de Dios", "Nosferatu", "Woyzeck", "Fitzcarraldo" y "Cobra verde". La admiración y la repulsión los unieron durante 15 años.
Mientras filmaban "Aguirre, la ira de Dios", Kinski amenazó con abandonar el set y Herzog dijo que si lo hacía, lo mataría y luego se suicidaría.
"Las amenazas de muerte fueron sólo para obligarlo a trabajar. Aunque debo reconocer que una vez planée incendiar su casa, con él adentro. Su pastor alemán me lo impidió", cuenta Herzog en el documental-homenaje que realizó luego de la muerte del actor en 1991.
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