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sábado,
11 de
junio de
2005 |
"No tuvo apoyo, como no lo
tiene ninguna mujer violada"
"Romina Tejerina no denunció la violación porque como sucede en esta sociedad se sospecha de la víctima, desde el propio juzgado, donde le preguntaban qué ropa usaba, si iba a bailar y si bailaba provocativamente", dijo la abogada defensora Mariana Vargas, en su alegato.
Luego la abogada recordó que "Romina tenía miedo de contarle a su familia que estaba embarazada y sólo lo hizo con su hermana" y advirtió que "la propia perito de oficio Mabel Sánchez dijo que estaba en un ambiente de muerte, aún si no hubiera habido abuso porque era un embarazo no querido y el final era inevitable, sobre lo que el tribunal le volvió a preguntar y lo confirmó".
En otro tramo de su alegato Vargas dijo que "Romina intentó producirse abortos pero no lo logró: se puso tallos de perejil en la vagina dos días antes, hizo ingesta de té laxantes y de yuyos. La expulsión del feto fue tal vez un alivio al principio, pero ese llanto del bebé la desestructuró totalmente por todas las condiciones previas".
La abogada destacó que "Romina no tuvo apoyo social ni de la familia ni de la Justicia. Esta tragedia se podría haber evitado con la píldora del día después, pero ella no tenía información y puso en riesgo su propia vida. Romina no tenía apoyo de la sociedad, como no lo tiene ninguna mujer violada, señalada y sospechada".
Finalmente, la letrada puso el acento en la lucha por la educación sexual y un cambio de fondo en la sociedad: "Condenar a Romina es una forma de no ver que a esta realidad hay que cambiarla para que las mujeres no sigan muriendo, desde el mismo Estado que llevó a Romina a esta situación inevitable", señaló.
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